Cecilia Osorio
Siete de cada diez personas que llaman al sistema de emergencia policial 911 (Tetra) lo hacen para bromear o molestar (73%). Un 3% del total, además, son consultas sobre la ubicación de calles, farmacias de turno y hasta condiciones meteorológicas, sin relación con el servicio que la línea ofrece (Policía, Servicio Coordinado de Emergencia, Defensa Civil y Bomberos, entre otros).
Para quienes conducen la Seguridad local, este caudal de comunicaciones que pueden considerarse “truchas”, dada su finalidad, es una de las principales causas de las demoras en el sistema. El ministro Carlos Aranda insistió con que, por afuera de este mal uso, el 911 “funciona bien. Las fallas humanas y tecnológicas son menores”.
Con estos números en carpeta, el área planteó la urgencia de una campaña como Vida y Vuelta –concebida para frenar accidentes de tránsito–, con un impacto directo en la conciencia ciudadana, porque la capacidad de castigo a los que incurren en estas acciones es limitada.
Existe hoy una herramienta para sancionar a los que usan de un mal modo la línea gratuita, pero a su entender no es efectiva: las llamadas falsas son consideradas “molestias” y castigadas con diez días de cárcel y hasta $1.000 de multa, según establece el artículo 49 del Código de Faltas, aunque para eso es necesario identificar al responsable de la línea y probar quién fue el autor de la comunicación.
“Debería ser ágil y ejemplificadora, para que tenga efecto. El Juzgado de Faltas también tiene una dificultad probatoria: más allá de que la llamada provenga de un número identificado, ¿cómo asegurás quién la hizo?”, reconoció el ministro Aranda.
El jefe de la Policía de Mendoza, Ángel Fossati, habló de que hay procesos en este sentido y de que, “salvo que se modifiquen las leyes, no puede constituir un delito, por eso apuntamos a generar conciencia”.
“Estos casos ocupan línea”, dijo sintéticamente el número uno de Seguridad, mientras que Fossati ejemplificó: “Quien molesta le está impidiendo a una verdadera emergencia ser atendida. El sistema tiene una capacidad de captación de llamadas. Si están todas las líneas ocupadas y el 70% son bromas, entonces hay un perjuicio”.
Sobre las fallas
En diez meses hubo 2.061.614 llamadas al 911, de las cuales 1.504.078 fueron falsas: cerca del 73%. Del total, otras 67.552 (3%) fueron consultas del tipo “llamo para pedir un taxi”, “¿dónde queda la calle tal?” o “¿mañana lloverá?”. Y el resto, sucesos reales, según refieren los mismos policías que trabajan a diario en el Centro Estratégico de Operaciones (CEO).
Esos porcentajes se mantienen si se evalúa la situación por mes (de 206.171 llamadas totales, 150.406 son falsas, 6.755 son consultas y el resto son hechos reales) y también por día y hora.
Las demoras, ya sea para ser atendidos por el CEO como para recibir cualquier tipo de asistencia en una situación de emergencia, son reclamos frecuentes de la ciudadanía. Esto no lo desconocen las autoridades, ya que se les plantea en cada debate sobre la inseguridad.
Al margen de la incidencia que en los retrasos tengan las comunicaciones truchas, se le preguntó a Aranda si considera que existen falencias operativas.
Sobre todo teniendo en cuenta el polémico origen del 911: hacia fines de la gestión de Julio Cobos y durante el mandato de Celso Jaque se cuestionaron el incumplimiento del contrato y la prestación del servicio de la empresa a la que se le adjudicó, la mexicana Telmex.
“El balance es positivo. Los avances tecnológicos se produjeron y esa deuda operativa reclamada, y que se empezó a resolver durante el gobierno de Jaque, ya fue saldada”, dijo el ministro. Y añadió: “Es cierto, hay fallas humanas, de algunos operadores que no realizan bien su tarea. Desde que estoy a cargo de Seguridad, sólo en dos oportunidades nos quedamos sin 911 por causas ajenas. Ningún hecho nos desalienta a seguir apostando por esta tecnología”.
