Por Carina Luz Pérez
Los pronósticos indican que la producción olivícola de esta temporada representa sólo el 35% del volumen de una cosecha normal. El precio internacional del aceite de oliva está “planchado”, y aún con todas las acciones privadas y públicas para promocionar el consumo de uno de los alimentos más antiguos y nobles del mundo, el gusto por el aceite de oliva no ha prendido entre la preferencia alimentaria de los argentinos, que sólo ingieren unos 300 gramos per cápita en todo un año, según datos del ministerio de Agroindustria de la Provincia. En medio de este escenario desalentador, existe una necesidad de garantizar la autenticidad del producto mediante una fiscalización más focalizada, a modo de contener la competencia desleal de aquellos fabricantes que adulteran el aceite para obtener mayores márgenes de ganancias.
Por supuesto que los aceites para exportar deben cumplir con diversas exigencias para ingresar a países como Brasil, de lo contrario no podrían comercializarse. Sin embargo, el aceite que circula en Argentina para el consumo interno, no es del todo auténtico, lo que pone en juego su calidad.
Actualmente la fiscalización es realizada por laboratorios autorizados, por el Instituto Nacional de Alimentos y la Dirección de Industria local, pero no existe un órgano centralizado, lo que ayudaría en gran medida a garantizar la genuinidad del oliva.
En este sentido, el senador justicialista Adolfo Bermejo presentó el jueves último una iniciativa en el Congreso nacional para que el Instituto Nacional de Vitivinicultura amplíe sus funciones fiscalizadoras al aceite de oliva.
La idea es crear una Gerencia de Fiscalización Olivícola dentro del INV, porque tiene la estructura técnica, los recursos humanos y llegada a todas las provincias productoras de oliva. Esta gerencia sería sustentada con el 10% de la planta de personal, más una serie de aportes de diversos orígenes. Por ejemplo: una tasa del 2% sobre la base imponible respectiva del aceite de oliva expendido, o las tasas percibidas por inspección, análisis y certificación de productos olivícolas, entre otros.
De ser aprobada en el Congreso, debería ser puesta en funciones en 90 días una vez que entre en vigencia.
El proyecto de ley fue recibido en principio como positivo por empresarios y otros organismos del Estado provincial, siempre que no implique duplicar funciones ni sobrecargar con más impuestos a la actividad.
Mario Bustos Carra, de la Asociación Olivícola de Mendoza (Asolmen), explicó: “Lo primero que debemos dejar claro es que hay errores de rotulación o de distinción en el producto, consecuencia de mezclas o estiramientos. Lo que hemos notado es el uso de aceites de semilla en un alto porcentaje, mezclados con aceites de oliva lampantes, que son muy fuertes, de elevada acidez y con un intenso olor a aceitunas. Justamente ese olor es el que trata de justificar esa mezcla. Pero el buen aceite de oliva es de aromas suaves, afrutados y agradables que estas mezclas de aceites provenientes de semillas vegetales con el mencionado lampante, carecen. Esta práctica de estiramiento es la que se busca evitar, pues confunde al consumidor entregando un producto que no es aceite de oliva, y aunque no produce ningún efecto contrario para la salud, no es un aceite genuino derivado de la elaboración de la aceituna”.
En cuanto al INV del oliva, Bustos Carra dijo que “un organismo que realice los debidos controles a los productos que se comercialicen será bienvenido. Pero ese organismo debe tener un tamaño acorde con la función a realizar, fundamentalmente de control en la comercialización y no debe generar un costo adicional ni a la industria ni a la producción, pues el tamaño del sector no se asemeja a la producción vitícola”.
Asolmen forma parte de la Federación Olivícola Argentina en la que participan otras provincias productoras como La Rioja, Catamarca, San Juan y Rio Negro, que en un mismo sentido apoyaron en otras ocasiones las medidas que impliquen mejorar la genuinidad del aceite de oliva, por esto mismo, se espera que el tratamiento del proyecto sea en poco tiempo.
“Esto ha sido un reclamo de las cámaras del sector que deben competir con aceites de baja calidad que se hace en otras partes del país, mediante la adulteración del producto, ya sea con aceite de oliva de muy baja calidad o con aceites de otros tipos como girasol” explicó el senador por el PJ Adolfo Bermejo.
El legislador minimizó la posibilidad de que otras provincias, como La Rioja y Catamarca, que concentran el grueso de la producción nacional pongan obstáculos para la aprobación del proyecto, porque “la adulteración del oliva perjudica en particular al mercado interno, ya que en el exterior las exigencias de calidad son muy estrictas para permitir el ingreso del aceite de oliva, el problema mayor es la adulteración y mala calidad del aceite que se consume en el país. Entonces, creemos que una medida de esta naturaleza justamente va a ayudar a apuntar a los productores olivícolas que están con dificultades por los bajos precios de la aceituna, las heladas, etcétera”, indicó Bermejo.
Una vez ingresado el proyecto, transitará las Comisiones de Agroindustria, Economía y Presupuesto.
Explican cómo propicia la fertilidad masculina
Una reciente investigación realizada en la UNCuyo demostró que el aceite de oliva ayuda a la espermagénesis, con lo cual propicia la fertilidad masculina.
Miguel Fornés, director del trabajo compartido entre profesionales de Medicina y de Ciencias Agrarias, explicó que“trabajamos la parte de fertilidad masculina, vinculada con hipercolesterolemia y cómo el aceite de oliva la corrige”.
Concretamente, para el estudio se trabaja con conejos que son alimentados con una dieta grasa. Obviamente, estas condiciones son atípicas porque normalmente no consumen grasas de origen animal y esto promueve la hipercolesterolemia en los animales.
“Lo que hacemos es agregarle al alimento balanceado el primer jugo bovino (el que se compra en el supermercado para las empanadas). Este jugo es muy malo para la salud porque tiene todas las grasas perjudiciales. Lo que no se había estudiado hasta el momento, y demostramos en trabajos recientes, es que cuando se altera el colesterol en sangre en estos conejos se altera el espermatogénesis. Esto sí es un aporte original de nuestra investigación”, aclara Fornés.
La dieta mediterránea
En los años ’70 estudios epidemiológicos comenzaron a chequear la alimentación de los pueblos que vivían a orillas del mar Mediterráneo y compararon su dieta con la de los pueblos del Norte de Europa. Descubrieron que, a pesar de que comían similares cantidades de grasas, los del Mediterráneo tenían menos problemas cardiovasculares.
A partir de allí se empezó a promocionar la dieta mediterránea basada en frutas, verduras, mucho aceite de oliva y pescado. Y en ese momento también se empezó a analizar el aceite de oliva y se encontraron todos los beneficios que brinda (sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, entre otras).
Tal como sucede en una persona adulta con obesidad, a medida que aumenta el colesterol en sangre de los animales aumenta también la presión.
En esta situación el equipo de investigadores observó que los espermatozoides comenzaban a tener problemas y la fertilidad decaía.
“Lo que también pudimos observar es que el aceite de oliva que nosotros incorporábamos a la alimentación mejoraba los parámetros de fertilidad. Esto no significa que traspolado a humanos funcione exactamente igual; lo que se puede inferir es que si un individuo consume aceite de oliva va a tener una dieta más saludable que si no lo consume”, analiza Fornés.
Es importante aclarar es que si una persona tiene un colesterol elevado no tiene que descuidarse. Tiene que ir al doctor y controlar la patología con un especialista.
“No siempre el aumento de colesterol es por la misma causa. Si bien muchas veces es por una mala dieta, muchas colesterolemias pueden darse por predisposición genética o familiar. Entonces, el aceite de oliva ayuda a mejorar muchas de estas patologías, pero no remplaza a los medicamentos”, concluye Fornés.
Características de la producción del sector, según datos del IDR
- Mendoza es la cuarta provincia productora de oliva, luego de Catamarca, La Rioja y San Juan.
- Es la unica provincia con estimación de cosecha.
- Las principales variedades cultivadas son Arauca, Arbequina y Empeltre.
- El último censo frutícola 2010 determinó que de las 20.646 hectáreas implantadas el 78% está en estado productivo.
- Durante esta temporada entraron en producción olivares jóvenes, con 7 años de edad, que representan otro 12%.