Se trataba de un perro callejero, que al parecer confundió la jarra con un alimentador del animal doméstico.
Audra Bohannon y su familia vieron al perro y trataron de ayudarlo, aunque el primer intento falló pues el canino corrió asustado. Pero la Sra Bohannon dijo: “Cada noche me iba a la cama pensando en el perro y realmente me sentía mal por lo que tenía sobre su cabeza “.
Semanas después lo rastrearon y con mucho cuidado lo tomaron y con unas tijeras de metal para liberarlo. Ahora Bucket, como lo ha llamado su nueva familia.
Fuente: Metro UK