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En la Justicia reconocen que este año se incrementó 50% la cifra de mujeres asistidas por la Dirección de la Mujer Carmen Argibay. Aumentó también el nivel de agresividad de los victimarios. 

En un año, hubo 50% más de casos de violencia de género en Mendoza

Por Carina Luz Pérez

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Cada tanto, en medio de la vorágine de las noticias, las historias se repiten como un rosario macabro: mujeres muertas en manos de sus parejas o quemadas, o desfiguradas o perseguidas. La onda expansiva de la violencia de género no para y cada día crece el número de víctimas. En Mendoza, el último recuento realizado en agosto por la Dirección de la Mujer Doctora Carmen María Argibay (ex Oficina de Asistencia Jurídica de Violencia contra Mujeres) hablaba de 1.200 casos asistidos en 2014. A semanas de terminar el año, el dato negro refleja 1.800 víctimas en total. Visto de otro modo, existe un crecimiento del 50% de intervenciones judiciales para restablecer los derechos vulnerados de la mujer, y también de sus hijos, las víctimas sin contabilizar en este problema.

Este lunes se conmemora en todo el mundo, el Día Internacional de la No Violencia contra las Mujeres. Concientizar y difundir todos los caminos abiertos para ofrecer ayuda, cuando la mujer tiene la capacidad de reaccionar y de pedir ayuda antes del desenlace fatal es lo que se busca.

El 2014 será sin duda recordado por su particular dureza, ya que una y otra vez muchas de las crónicas policiales reflejaron las agresiones.

En mayo, la maipucina Teresa Vargas, de 69 años, fue muerta a golpes por su esposo, tras décadas de una convivencia hostil. La cara más terrible de la violencia de género hizo su agosto con tres muertes seguidas: el 3 de ese mes, Débora Gómez, de 23 años, mamá de tres pequeños niños, en San Rafael; el día 12, María Cristina Valdez, de 52 años, en Rivadavia, a manos de un esposo con el cual compartía sólo la vivienda, pero nada más, y del cual, no sólo recibió los golpes sino un abuso sexual imperdonable. Y el 21, Mariana Roby, la hermana del ministro de Salud, en Godoy Cruz, luego de recibir tres disparos de su ex marido mientras tramitaba la orden de restricción para evitar el acercamiento del hombre que la hostigaba desde había tiempo.

Hubo víctimas indirectas del salvajismo, cuando en setiembre pasado el policía José Ontiveros mató a la madre de su ex pareja Yamila Monje y a su sobrino Benjamín para vengarse de un tortuoso proceso de separación.

Además, el domingo 26 de octubre, Susana Ferreyra (51) salvó su vida tras recibir una terrible paliza de su ex, con agua hirviendo y cortes que le desfiguraron el rostro; el domingo 2 de noviembre, Paula Vázquez (40) estuvo en riesgo de muerte debido a la herida profunda que su ex novio le propinó en el cuello con un arma blanca. El viernes 7 de noviembre, Jennifer Rojas (19) tuvo que ser atendida de urgencia tras ser apuñalada en el abdomen por su concubino en la casa que compartían en Maipú. Y el sábado, 15 de noviembre, otra joven de 18 años fue atacada por su novio, que le provocó un traumatismo de cráneo, también en San Rafael.

Las reacciones

En este marco doloroso es donde pueden leerse las reacciones gubernamentales para intentar mejorar sustancialmente el sistema de asistencia y contención a las víctimas de la violencia de género, tras reconocer que faltan recursos económicos, recursos humanos formados en la materia y la presencia de una enorme burocracia judicial que impide asistir rápido y bien a las víctimas de violencia de género.

“A mediados de julio del 2015 habrá Unidades Transversales de Atención en las cuatro circunscripciones judiciales de la provincia, es decir, en San Martín, en San Rafael, Capital y Tunuyán, con mayor personal, más psicólogos y horario extendido”, argumenta Stella Spezia, titular de la Dirección de la Mujer, que trabaja con las derivaciones de las oficinas fiscales en el ámbito de la Justicia, para comentar los avances en la aplicación plena de la Ley 26.485.

Spezia explicó que tras dos años de funcionamiento les permitió evaluar qué tipo de atención recibían las denunciantes. Concluyeron, con indicadores numéricos precisos, que sin mayor presupuesto y, por sobre todo, sin un verdadero compromiso de todos los actores del sistema jurídico, el organismo estaba destinado a fracasar. Pudo observarse también, una vez analizados los expedientes, que los casos más violentos tuvieron en común intervenciones parciales de los organismos estatales dedicados a contener a las víctimas. En el nuevo diseño, la denuncia estará informatizada, con el objeto de agilizar las asistencias e intervenciones judiciales, en detrimento de la burocracia judicial traducida en incansables trámites y papeleo.

“Queremos, que los informes sobre las historias de las mujeres estén más completas, darles mayores elementos a los fiscales, que el relato del caso sea más consistente, con mayores pruebas, para que se puedan ordenar las medidas de protección”, explica Spezia.

Por supuesto, que la mejor organización e informatización es sólo una parte del abordaje, aún queda mucho por hacer en varios aspectos esenciales, como el cumplimiento de las órdenes de restricción, algo escasa vez respetado por los victimarios, y la observación de que entre las mujeres víctimas de violencia baja la edad de los protagonistas, siendo el consumo de alcohol o estupefacientes otra de las características emergentes.

Del mismo modo, María Laura Palero, titular de la Dirección de Mujer, Género y Diversidad dependiente del ministerio de Desarrollo Social de la provincia, reconoce algunos problemas para proteger a las víctimas de violencia de género y rescata algunos avances en la materia.

Entre los primeros, el núcleo duro de la deficiencia, ubicado en el sistema judicial. Entre los segundos, una nueva promesa de construir el refugio provincial para las víctimas de violencia, sobre calle Buenos Aires, con un presupuesto de $8 millones integrado al proyecto 2015.

“En general, cuando se habla de violencia de género se culpabiliza al Estado de no hacer nada, pero en realidad es un problema cultural que no será fácil de erradicar. Lo que debe conocerse es que la Justicia no es el único lugar adonde las mujeres pueden ser acompañadas, el Ejecutivo tiene forma de contener a las mujeres antes de que lleguen a las puertas de la Justicia, para prepararlas para ese proceso”, indica Palero. La clave es anticiparse a ese momento álgido de la violencia, dónde la mujer puede recibir gritos, golpes y no puede reconocer el problema. “Al estar enamorada, les cuesta reconocer la peligrosidad de la situación”, agrega la especialista.

Mejorar la intervención judicial

En el mismo sentido, desde la Fundación Sobran Motivos señalan como logros en materia de asistencia a las mujeres la creación de áreas departamentales, aprobación de leyes como la de Trata, la misma para tipificar al femicidio, la propia de violencia de género, la línea 144, los refugios.

En tanto, las faltas vuelven a surgir en la Justicia, dónde es más común de lo recomendable que las denuncias no se acumulen ni relacionen cuando la víctima las coloca en diversas oficinas fiscales.

“Creemos necesario la formación de una Unidad Fiscal de Género, que unifique todas las causas, porque cuando se hacen las denuncias, se inscriben como lesiones leves, y no se acumulan, entonces las víctimas cada vez que hace una denuncia, deben volver a empezar. También son necesarias medidas complementarias como que las prohibiciones de acercamientos se hagan efectivas, que exista un registro de agresores, a quienes no deberían otorgarse permiso para tener armas, por ejemplo”, dice Soledad Benegas, fundadora de Sobran Motivos, donde desde hace un año y medio recibieron en el refugio a 200 mujeres y 104 niños golpeados.

Qué hacer si pasa

El primer paso para salir del círculo de la violencia es hablar con alguien de confianza, una amiga, una hermana, y pedir ayuda a los organismos especializados.

En ese camino, se puede llamar de forma gratuita a la línea 144 (las 24 horas todos los días); también a la Dirección de Mujer, Género y Diversidad, al 4284828 - 4284746 (de 8 a 14); también al 0800-333-4098 (Fundación Accionar). En la Fundación Sobran Motivos también brindan asesoramiento y ayuda psicológica. Se pueden comunicar al 4282938.

Es útil tener documentos y un bolso con ropa a mano.

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Inaceptables. El grito, la descalificación, el golpe o los celos no pueden ser justificados nunca. El espiral de violencia no disminuye jamás, al contrario, se enquista en la vida cotidiana.
Inaceptables. El grito, la descalificación, el golpe o los celos no pueden ser justificados nunca. El espiral de violencia no disminuye jamás, al contrario, se enquista en la vida cotidiana.