“El recto tiene una red de finos vasos sanguíneos justo bajo su superficie, lo que significa que las drogas administradas por el ano son fácilmente absorbidas por la corriente sanguínea”, explica el autor principal del estudio, Ryo Okabe, haciendo referencia a la posibilidad que los humanos puedan respirar por el ano para suplantar los respiradores artificiales. El nuevo trabajo fue publicado en la revista médica Cell.