Cataluña

El presidente catalán propuso "diálogo" y suspender la declaración

El presidente catalán Carles Puigdemont asumió el "mandato" del referéndum para que Cataluña sea una "República independiente", aunque llamó a propiciar un diálogo

El presidente catalán Carles Puigdemont asumió este martes en el parlamento el "mandato" del referéndum para que Cataluña sea una "República independiente", aunque llamó al parlamento regional a suspender "los efectos" de la independencia para propiciar un diálogo.

El gobierno español de Mariano Rajoy lo consideró una declaración "implícita" de independencia, tras la consulta del 1 de octubre, ilegalizada por la justicia: "No es admisible hacer una declaración implícita de independencia para luego dejarla en suspenso de manera explícita".

En una esperada comparecencia ante el parlamento regional, Puigdemont asumió el veredicto de las urnas, en las que el sí a la autodeterminación ganó con más del 90% de los votos, con una participación del 43% de la población de esta región de 7,5 millones de habitantes.

Asumo al presentarles los resultados del referéndum ante todos ustedes el mandato de que Cataluña se convierta en un Estado independiente en forma de república Asumo al presentarles los resultados del referéndum ante todos ustedes el mandato de que Cataluña se convierta en un Estado independiente en forma de república

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Y acto seguido, agregó: "El gobierno de Cataluña y yo mismo proponemos que el parlamento suspenda los efectos de la declaración de independencia con tal de que en las próximas semanas emprendamos un diálogo sin el cual no es posible llegar a una solución acordada".

Estos son los mensajes más fuertes de un discurso de marcado tono histórico, casi todo en catalán, en el que reprochó al Estado no haber sido un interlocutor "en el pasado ni en el presente".

Antes, el presidente catalán defendió "la necesidad imperiosa de desescalar la tensión y no contribuir ni con la palabra ni con el gesto a incrementarla".

Más ilusión que miedo

En el exterior de la zona acordonada, en el paseo Lluís Companys -el último presidente catalán que había declarado la independencia- miles de personas siguieron el discurso por dos pantallas gigantes.

"Estamos contentos pero esperábamos más", comentó Pere Valldeneu, un jubilado de 66 años, al terminar la intervención.

Muchos esperaban una declaración inequívoca. "Estamos esperando que declaren la independencia y sabemos que tendremos que estar en la calle para defenderla", dijo Marta Martínez, abogada de 50 años, antes del discurso.

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