Y es que el engaño de Stuart fue cruel; le dijo a Torz que lo habían mandado a trabajar a Alaska, de hecho, la llevó al aeropuerto y lloró frente a ella durante su despedida, asegurando que la amaba y que la extrañaría como nadie.
Poco tiempo después, Torz descubrió que el infame Stuart se había ido a vivir un tiempo con otra mujer a Essex, con la que por cierto había estado manteniendo un romance durante 6 meses previos a su supuesta partida.
Totalmente herida, Torz no dudó en arrancarse la piel donde se había tatuado el nombre de Stuart y se lo mandó. "Espero que la señal sea muy clara. Ahora él sabe que nunca volveré a amarlo y no puede volver conmigo", afirmó la despechada.
Torz no lamenta haber perdido un poco de piel, porque al final del día "volverá a crecer", asegura.
Fuente: Crónica