El principal de tapa decía: “Cae médico del Central por abusar de un niño y distribuir pornografía. El ginecólogo de 35 años fue detenido en su casa de Las Heras tras ser detectado por un organismo de Estados Unidos. En su computadora hallaron una foto en la que se ve el abuso al chico de 3 años, que además es familiar”.Luego, en la sección Política, se leía el siguiente encabezado: “Sin presupuesto ni ley, no se cumple el Pacto por la Niñez. Al no haberse aprobado la pauta de gastos, la DINAF maneja el mismo dinero que el asignado el año pasado”.Le cuento. Esto significa que cuando hay que disponer de recursos económicos para ayudar a un chico en crisis (por ejemplo, que le peguen, lo obliguen a prostituirse o lo droguen, por citar sólo ejemplos de “crisis”), hay que hacer un procedimiento burocrático complicado, casi el mismo que implicaría construir un edificio escolar.Es decir, en materia de minoridad se actúa con igual demora que en enero de 2014, cuando la sigla OAL –significa Órgano Administrativo Local, que depende de la DINAF– pasó a ser tristemente célebre tras la muerte de Luciana Rodríguez, de 3 años, a manos de sus padres. De nada sirvieron en aquel momento las 16 denuncias en contra de esos progenitores que habían hecho desde familiares hasta vecinos.Pero volvamos a mayo de 2015. Unas páginas más adelante del mismo diario del viernes 29, en Policiales, el listado continuaba: “Va a la cárcel por abusar de una de sus hijas de 13 años y obligar a otra de 11 a observar sus actos”; “Ratifican la pena a un hombre que embarazó a su hija y su hija-nieta”; “Le niegan la prisión domiciliaria a una mujer que mató a su pequeña hija”; “Hallaron al padre del bebé de 2 meses golpeado y quemado. Lo imputarán pero seguirá en libertad”.Días antes y días después, la realidad por la que atraviesa la niñez y la adolescencia también quedó etiquetada desde diversos enfoques en los medios de comunicación: -“Aumentan los casos de abuso sexual infantil en Mendoza. El equipo interdisciplinario de la Suprema Corte de Justicia registra un crecimiento de 40% en la cantidad de víctimas. En promedio, atienden 6 casos por día, que al año suman más de 1.400”.-Otro: “En 5 meses, hubo 40 denuncias de pornografía infantil. Es lo que llegó a la Fiscalía de Delitos Complejos desde una red internacional a la que adhirió la Justicia mendocina. Investigan desde lo que se distribuye por internet hasta lo que se envía a través de WhatsApp. Hay 2 detenidos”.-Otro: “Niñez maltratada: la cara más cruda de una sociedad en crisis. Pobreza, abandono, violencia y adicciones atentan contra sus derechos humanos fundamentales. Los más expuestos son los de sectores vulnerables. Referentes sociales advierten que niños y niñas son utilizados para vender drogas y delinquir”.-Y otro: “Investigan a preso que subió fotos con su hija armando un cigarrillo de marihuana. Un recluso del complejo de San Felipe será denunciado por las autoridades penitenciarias tras publicar las imágenes a Facebook”.No es un mal que se ha enquistado únicamente en los límites provinciales. Sin ir más lejos, San Juan está conmocionada por una joven de Chimbas que colgó en Facebook varias fotos de menores armados y la de un bebé con un cigarrillo de marihuana en la oreja. “¿Qué tal mi sobrino con un faso y el fierro?”, escribió la mujer.Se me figura que nos hemos convertido en un cuerpo enfermo, que destila pus en cada historia que se hace pública, mientras que los otros miles de casos que permanecen invisibilizados, reducidos a estadísticas, carcomen el organismo hacia el interior.El Estado y las organizaciones de la sociedad civil dedicadas a la problemática son como médicos con graves dificultades para elaborar un diagnóstico, por lo que el tratamiento no arranca.El resto permanecemos shockeados pero inmóviles, como frente al abismo. Mientras tanto, en nuestra sociedad cada vez son más los menores maltratados, ultrajados, insultados, violentados, vendidos, reprimidos, quemados, violados, usados, humillados o muertos.