Los agujeros negros supermasivos ubicados en los centros de las galaxias más que aspiradoras gigantes que se tragan todo lo que se acerca demasiado, son como motores cósmicos alimentados en teoría por campos magnéticos. Por primera vez, tras décadas de trabajo teórico, los astrónomos han obtenido una prueba sólida de ello.Así, tal y como los científicos habían predicho, la red global de telescopios Event Horizon (EHT), ha permitido la detección de campos magnéticos justo fuera del horizonte de sucesos -la zona en la que la materia no puede escapar a la atracción- en el agujero negro central de nuestra galaxia, la Vía Láctea, conocido como Sgr A.
El descubrimiento ha sido posible gracias a la red de radiotelescopios EHT que funciona como uno solo.