San Carlos. La problemática aluvional que padecen los vecinos y productores de Capiz Alto y Capiz Bajo es de extrema urgencia: llevan más de 5 años soportando que el agua no sólo inunde sus viviendas y los exponga a diversos peligros, sino que además les lleve la producción, les mate animales o los aísle por la rotura de calles que llegan a transformarse en ríos. Los pronósticos climáticos no son nada alentadores y el alerta de posibles crecidas provenientes del río seco Divisadero Negro está vigente. Eso es lo que proyectan empezar a solucionar desde la Dirección de Hidráulica del Ministerio de Economía, Infraestructura y Energía, reconstituyendo la traza originaria, que fue borrada por un particular, desviando el curso natural del agua y provocando sus desbordes.
El panorama no es fácil tampoco para las autoridades, ante la situación en la que se encuentra este poblado que está atravesado por cauces y que, de por sí, es parte de lo que en la antigüedad se conoció como un pantano. De ahí que se lo conozca también como La Cieneguita. Es que para solucionar el problema deben hacer borrón y cuenta nueva con las obras realizadas por la gestión anterior, que buscó reforzar la traza artificial, que hoy también se ve desbordada. Esto, a pesar de las advertencias de los lugareños que padecieron cinco grandes temporales desde 2011, además de las inundaciones que provocó la lluvia de los últimos meses y dejó como evidencia la calle Baden erosionada, asilando a parte de la comunidad, ya que no había espacio ni siquiera para el paso de los automóviles.
"Estamos restaurando el canal que hoy tienen, pero eso no alcanza. Es difícil darles una solución definitiva, pero vamos a empezar al menos a mitigar estos problemas", aseguró David Cangelosi, director de Hidráulica, en una reunión que mantuvo con los sancarlinos con el fin de presentarles la propuesta que el Gobierno elaboró, anuncio que también llegó de la mano del subsecretario de Infraestructura, Daniel Chicahuala. Lo que ellos creen que es prioridad, en un principio, es reencauzar el Divisadero Negro volviendo a su primera traza. Esto, adelantaron, empezaría a hacerse el mes próximo, demandaría un plazo de obra de 8 meses y una inversión de $2.500.000.
Para hacerlo, esbozaron 4 alternativas, las cuales presentan un obstáculo importante: tener que atravesar propiedades privadas que deberían ser cedidas mediante consensos o, en su defecto, por expropiación, lo que alargaría el tiempo de obra. Este fue uno de los puntos que cuestionaron los vecinos, ya que afirmaron que las opciones no corresponden a la traza centenaria y que, de seguirse esta, no haría falta afectar a terceros.
Esta es la discusión que prometieron darse en una semana, para seleccionar bien cuál ruta seguiría el agua y poner manos a la obra.
Hace más de 4 años que piden soluciones
Los reclamos por parte de los vecinos se intensificaron desde el 2012 a través de una veintena de notas destinadas a distintas autoridades locales y provinciales.
Es que los últimos 6 años han sido los más problemáticos, luego de que en 2010 el dueño de una propiedad borrara la traza original de este río seco para cultivar allí, provocando que las crecientes inundaran desde campos con plantaciones hasta las más de 38 viviendas del barrio Unión de Capiz, más riesgo para la población ya que alcanzan al tendido eléctrico Nihuil-Capiz.
El Gobierno, entonces, respondió reforzando el cauce artificial en el que invirtieron cerca de $8 millones, obra insuficiente y que hoy presenta distintos inconvenientes en su trazo.
"Ha sido una burla lo que han hecho y nos han desoído siempre", aseguró José Bandiera, uno de los defensores de los vecinos de Capiz y quien lleva un registro minucioso de todos los pasos que han seguido sin una solución definitiva, al menos hasta ahora.