A dos años y medio de la recordada muerte de Alan Villouta, este martes se sentará en el banquillo de acusados el empresario acusado de conducir la camioneta que atropelló y mató al joven de 21 años en Guaymallén.
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Se trata, sin lugar a dudas, de uno de las tragedias viales más emblemáticas de los últimos años. No sólo por los condimentos del hecho, como que el sospechoso escapó del lugar del hecho, si no porque la familia Villouta emprendió una larga lucha para llegar hasta este juicio.
Cerca de las 10, Alejandro Verdenelli -se encuentra libre- comenzará a ser juzgado bajo la calificación de homicidio culposo agravado por la conducción imprudente y antirregalmentaria -de 3 a 6 años de cárcel-.
Se espera que el debate se extienda hasta el viernes que viene.
El juicio oral y público estuvo a punto de caerse el mes pasado ya que la defensa de Verdenelli intentó realizar un juicio abreviado, donde admitiría su culpa y recibiría una pena de 3 años de prisión en suspenso. Si bien el fiscal del caso estaba de acuerdo, no fue así con la familia de la víctima fatal y finalmente el pacto quedó trunco.
El hecho
Alan Villouta murió al ser atropellado la noche del 26 de agosto de 2017 en el Acceso Sur, a la altura de La Barraca Mall por la camioneta de alta gama que conducía Verdenelli, quien se dio a la fuga y horas después regresó al lugar del accidente. El empresario de 44 años se presentó ante el fiscal de Homicidios Carlos Torres 72 horas después de ocurrido el hecho