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Jugará para la Juventus, que pagó 90 millones de euros en un fichaje histórico. Los argentinos lo critican por errar goles decisivos en la Selección y el Napoli lo trata de traidor, pero él sigue triunfando.

Galán de esa novela que despierta odios, amores y mueve millones: el fútbol

El fútbol, como esas historias que pasan por la pantalla y en las que se posan los ojos y las pasiones de multitudes, tiene mucho de telenovela. Gonzalo Higuaín (28) es, sin dudas, el protagonista de una de las que más rating vienen cosechando en las últimas temporadas. En ella encarna, al mismo tiempo, al personaje bueno y al malo, según la afinidad y la conveniencia que el espectador tenga con él. Si la historia siguiera un guión, éste sería uno de los mejores escritos. De esos que generan permanentemente suspenso y reacciones de amor u odio en el público.

Es que en las últimas escenas en las que se lo vio, sobre todo cuando vistió la camiseta de la Selección argentina, mostró algunas actuaciones fallidas que le valieron que su nombre esté en los comentarios tanto de los amigos que se reúnen en el bar a hablar como técnicos sobre cómo debió definir ante el arco, de la prensa nacional e internacional y de las redes sociales, que fueron caldo de cultivo para los memes con burlas acerca de su mala puntería, compartidos tanto por quienes saben de fútbol como por los que no. Sin embargo, también como ocurre en la televisión, los que manejan el negocio se valen principalmente de los números para que la ecuación dé ganancias, más que fijarse en cuántos seguidores tiene, y en esta trama lo que mejor se contabilizan son los goles.

Los que erró el jugador surgido de las inferiores de River Plate están en la columna en rojo de muchos de los argentinos que lo culpan de hacerles perder títulos y hasta de haber influido, indirectamente, en la renuncia de Lionel Messi a la Selección. Pero los 36 goles que viene de hacer en la Serie A, con la casaca del Napoli, por los que se convirtió en el máximo goleador histórico de la categoría, seducen a los popes del mercado y pesan como oro en la columna a favor del fútbol europeo. Claro ejemplo es el de la Juventus, que pagará más de 90 millones de euros por su fichaje y que, ahora, le abonará al delantero 7,5 millones de euros por temporada. 

El Pipita está atravesando uno de los capítulos más inolvidables de su novelesca vida, ya que ésta es la operación más cara del fútbol italiano y su traspaso es el tercero más costoso del mundo, detrás del galés Gareth Bale (del Tottenham inglés al Real Madrid por 101 millones de euros) y del portugués Cristiano Ronaldo (del Manchester United inglés al Real Madrid por 94 millones de esa moneda).

Después del notición, con lentes oscuros y vistiendo remera blanca y chaleco negro, con los aires propios también de un galán de telenovela –ignorando que muchos le criticaron un supuesto sobrepeso– se mostró esta semana viviendo una de las primeras jornadas bianconneras en Vinovo, ante la bienvenida de un centenar de cámaras que querían tener la foto con qué acompañar en los diarios el relato, y también ante los cientos de nuevos hinchas que coreaban "Higuaín" para darle la bienvenida. Con los pulgares arriba los saludó este jugador nacido en Francia pero nacionalizado argentino en el que están puestas las ilusiones del club que viene de conseguir cinco títulos de liga consecutivos.

"I suoi tifosi. La sua maglia" (Sus fans. Su camiseta) Así se titulaba en la página oficial de la Vecchia Signora una de las imágenes en las que el jugador de la Selección nacional que jugó dos mundiales y tres Copas América mostró su nueva casaca, la del número 9. Al mismo tiempo que lo recibían al calor de los gritos fervorosos de los juventinos en Turín, en Nápoles muchos hubieran querido gritarle su nombre de cerca, pero seguido del mote de "traidor".

Es que los hinchas azzurri y los miembros del equipo que lo dirigieron pasaron de tenerlo como la estrella que les ofreció más que buenos resultados al que aceptó jugar para uno de sus grandes rivales en la otra punta del mapa, como si también pesara que prefirió el norte rico al sur pobre de Italia. El divorcio que ya había anunciado a fines de junio Nicolás, su hermano y agente, no pasó nada desapercibido desde ese entonces y hasta ahora.

"Estoy desilusionado con Higuaín. Me resulta difícil verlo con la camiseta de la Juventus. Por lo menos podría haber pasado por el club a despedirse de sus compañeros", dijo Maurizio Sarri, técnico del Napoli. Palabras que Higuaín no desestimó, y a las que sólo respondió con un "perdón", por si hubiera molestado a alguno de sus ex compañeros con su decisión.

Pero el Pipita sí cargó dardos contra Aurelio de Laurentiis, presidente de su ex club, cuyo accionar definió como fundamental para irse y sobre el cual afirmó: "No tenía ganas de estar con él ni un minuto más". "No estuvo bien conmigo y no tuve más relación", dijo el argentino en una conferencia de prensa en la que también llenó de flores a la Juve con frases como: "Es un equipo acostumbrado a triunfar y yo estoy aquí para ganar".

De Laurentiis habló antes del polémico y cotizado fichaje, pero también después de que hablara de él su ex jugador. "Si el señor Gonzalo Gerardo Higuaín estaba tan fastidiado por mi presencia, tardó muchos años en darse cuenta, a no ser que sea una persona falsa o un óptimo actor. Pero excluiría esta posibilidad: yo sé de actores", aseguró quien, además de ser dirigente en el fútbol italiano, es productor de cine.

Más allá de que los 90 millones de su traspaso para algunos incrédulos todavía parecen ficción, la realidad muestra a un Higuaín que para la Juve los vale, por lo que se ganó nuevamente las primeras planas.

Fuente: Diario UNO Mendoza

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