El goleador nacido en Córdoba hace 31 años llegó al centro de entrenamiento que Boca posee en Ezeiza poco después de las 8 y se sumó a las prácticas del plantel, luego de haber permanecido aislado desde el miércoles debido a un cuadro febril y con placas en la garganta que motivó primero que fuera hisopado, con resultado resultado negativo de coronavirus, y después medicado y enviado a su domicilio.
Wanchope Ábila, quien en los últimos días se empezó a entrenar en forma normal con el grupo, viene de ser operado de una hernia inguinal a mediados de enero pasado, y con tiene posibilidades de integrar el banco de suplentes el fin de semana ante River, en la Bombonera.