Fútbol Maradona
¡Hasta siempre, Diego!

Maradona: un amigo de la infancia lo recuerda en el potrero

Norberto es uno de los tantos vecinos de Villa Fiorito que tuvieron la posibilidad de jugar con Diego Maradona y recordará siempre sus comienzos en el potrero

En la calle Azamor 523, de Villa Fiorito, en el partido de Lomas de Zamora, vivió por casi 12 años Diego Armando Maradona. El Pelusa, tal como se lo conocía en el barrio, comenzó a dar sus primeros toques mágicos en un potrero ubicado a 3 cuadras del lugar. La casa en donde vivió el 10 junto a Doña Tota, Don Diego y toda su familia sigue en pie, pero es habitada por otras personas que no tienen relación con la familia.

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En la calle Azamor 523, de Villa Fiorito, en el partido de Lomas de Zamora, vivió por casi 12 años Diego Armando Maradona.

En la calle Azamor 523, de Villa Fiorito, en el partido de Lomas de Zamora, vivió por casi 12 años Diego Armando Maradona.

Este lugar es el reflejo de aquella humildad y sencillez que siempre caracterizo a Maradona. Pese a sus lujos y posibilidades económicos, él mantenía la esencia que fue creando en ese barrio ubicado a 30 minutos del centro de Buenos Aires.

Hoy, tras su paso a la inmortalidad, ese lugar es uno de los tantos en donde la gente se acerca para brindarle un homenaje o entregar una ofrenda, mirar al cielo y pedir un deseo, como si fuera un ángel o un Dios. Hoy el 10 ya no está entre nosotros y en el barrio se lo recuerda así: como El Pelusa, aquel niño que soñaba con ser futbolista, ese jovencito que gambeteaba a todos y hacía goles.

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En la calle Azamor 523, de Villa Fiorito, en el partido de Lomas de Zamora, vivió por casi 12 años Diego Armando Maradona.

En la calle Azamor 523, de Villa Fiorito, en el partido de Lomas de Zamora, vivió por casi 12 años Diego Armando Maradona.

Norberto Fernández, uno de los tantos amigos de Diego Armando Maradona en el barrio, se hizo presente en Azamor 523 para despedirse de su amigo de alguna manera. Muy emocionado y sentimental habló con Diario UNO y recordó a ese niño de rulitos que luego fue campeón del mundo.

¿Cómo era su relación con Diego?

Con Diego de chicos era juntarnos acá, estar sentados en la vereda. Jugar a las bolitas, al trompo o cazar mariposas. Era un niño muy divertido, éramos muy amigos.

¿Mantuvo contacto con él?

Con él tuve contacto hasta el año 98 por teléfono, después empezó con sus problemas y perdí el contacto porque cambiaron sus teléfonos. La última vez que estuve con él fue en el 2005.

¿Cómo siente la noticia?

Estoy mal, estoy triste. Me duele mucho la partida de un amigo, siempre me tuvo mucho respeto. Las veces que he estado con él, me decía que me quería sacar de acá. Me quería llevar a vivir con él, que trabaje de chofer con su mamá y su papá. Él quería que me vaya de Fiorito.

¿Qué le diría hoy?

Suena mal, pero hoy día me gustaría partir de este mundo y estar con él, estar cerca de él. Cuando él venía para acá era un mundo de gente, no lo dejaban vivir, no tenía vida. Quisiera estar con él y poder charlar, recordar nuestra infancia tranquilos, sin que nadie nos moleste.

¿Qué recuerda de Maradona, el que salió campeón del mundo, no el jovencito que nació acá?

Me quedo con sus frases y memorias. “El fútbol es el mejor deporte que existe en el mundo”, “La pelota no se mancha, no se ensucia”, “Yo no soy un ejemplo como persona, soy un ejemplo futbolísticamente, no mi persona”. Él fue, es y será el más grande. Lo llevo en mi corazón, en mi mente, hoy todavía y por siempre lo más grande será Maradona.

¿Cómo era jugar al fútbol con Diego?

Acá los veíamos siempre, hacer un gol con la mano acá era normal y esto de pasar 6 jugadores era algo de todos los días. Es un golazo lo que hizo contra Inglaterra, pero los que lo vimos jugar de chiquito era ver siempre esos goles.

¿Acá se daban cuenta que eran goles con la mano?

El gol de la mano era lo que él siempre decía: “cuando estás defendiendo y vas a marcar al delantero, al saltar a cabecear tenés que abrir los brazos para desplazarlo sino te hago el gol con la mano”. Lo anecdótico de esto es que Pelusa no nació de una escuelita de fútbol, él aprendió y tuvo la bendición de nacer con ese don.

¿Se daban cuenta que podía lograr lo que logró?

A los 10 años cuando jugábamos acá era imparable, no se lo podía sacar la pelota. Veíamos que era habilidoso pero no teníamos la noción que iba a ser lo que fue. Lo venían a buscar gente grande para que juegue a la pelota con 12 años contra gente de 20/25 años y se los pasaba a todos.

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