Los autos llegaban hasta la Casa Rosada y, poco a poco, los más cercanos a Diego Armando Maradona ingresaban para despedir al Diez. Todo transitaba con normalidad y tranquilidad hasta que se presentó cerca de las cuatro de la mañana Rocío Oliva, quien primero estuvo varios minutos en su auto a la espera de una autorización que no llegó, y luego decidió bajar e ir directamente hasta la puerta de la Casa de Gobierno.