La revista estadounidense Forbes nombró ayer al narcotraficante Joaquín el “Chapo”
Guzmán en el puesto 41 de su lista de las 67 personas más poderosas del mundo, por encima de los
presidentes de Rusia, Francia y Venezuela.
El mexicano Guzmán, que presuntamente se esconde en las montañas del
norte de México, aparece bajo la profesión de “traficante de drogas” en la lista que la
revista publicó en su sitio en Internet.
“Esta lista pretende ser el inicio de una conversación, no la
palabra final”, dijo la publicación en un artículo que acompaña su clasificación, y se
preguntó: “Los criminales despreciables como el multimillonario cabecilla del narco mexicano
Joaquín Guzmán... ¿deben figurar en esta lista?”
Los funcionarios mexicanos rechazaron la decisión de Forbes de incluir
en marzo a Guzmán en su lista de los multimillonarios del mundo, bajo el argumento de que era un
error compararlo con empresarios legítimos. Forbes estimó la fortuna de Guzmán en ese entonces en
unos 1.000 millones de dólares.
Algunos mexicanos no parecieron sorprendidos por la decisión de Forbes.
“Los narcotraficantes siempre han sido poderosos”, dijo un
comentarista del artículo de Forbes en un foro de discusión en el portal informático del periódico
El Universal, editado en la ciudad de México.
Guzmán tiene la reputación de dirigir una de las bandas más poderosas
del narcotráfico en México y es considerado uno de los fugitivos más buscados en México. El
gobierno ha ofrecido una recompensa de 30 millones de pesos (2,3 millones de dólares) por
información que lleve a su captura.
Con su número 41, Guzmán aparece encima de los presidentes Dimitri
Medvedev de Rusia, Nicolas Sarkozy de Francia y Hugo Chávez de Venezuela.
Cómo cabecilla del cartel de Sinaloa, Guzmán tiene al parecer a su mando
legiones de sicarios. La violencia relacionada con la guerra a las drogas en México ha costado más
de 13.800 vidas desde finales del 2006, cuando el presidente Fidel Calderón lanzó un amplia
ofensiva contra los carteles.
El gobierno de Calderón ha insistido en que la violencia es una señal no
de la fuerza de los carteles, sino de la desesperación y desorganización causadas por la operación
gubernamental, aunque según datos oficiales el consumo de drogas ha aumentado en los últimos años.
En marzo, Calderón recriminó el enaltecimiento de los capos de la droga.
Sin mencionar a Forbes, dijo que hay revistas que están “no sólo atacando y mintiendo sobre
la situación en México, sino que están hasta exaltando a criminales”. l (Reuters y AP)