Hasta diciembre pasado el apodo Cato y el nombre de Elbio Omar Molaro eran parte
del folclore de la barra de Rosario Central y del barrio de Ludueña. Pero a partir de la muerte del
barrabrava canaya Aldo José Tejeda el sábado 26 de diciembre, que había sido herido 34 días antes
en la previa de un clásico, Cato Molaro pasó sin escalas a la crónica policial ya que era el único
detenido por el asesinato. Pero en un inesperado y sorprendente giro de 180 grados, Molaro fue
liberado por falta de mérito tras estar preso siete meses en una resolución firmada por la jueza
María Laura Sabatier.
¿Por qué Cato Molaro ganó su libertad? Aquí está lo insólito: un pormenorizado
informe realizado por el cuerpo forense del Instituto Médico Legal determinó que Tejeda no murió a
raíz de las heridas que sufrió cuando un grupo de personas lo atacó en inmediaciones del Parque
Independencia dos horas antes del clásico jugado el 22 de noviembre, sino por una crisis pulmonar
desatada por una ingesta de cocaína mientras estaba hospitalizado.
Informe forense. El informe, que fue vital en la decisión adoptada por la
Justicia, analizó el resultado de la necropsia realizada al cuerpo de Tejeda —que indicó que
había muerto por una neumonía bilateral— y la historia clínica en los 34 días que estuvo
internado en el hospital Centenario.
Según la versión oficial, Tejeda, hombre cercano al líder de la barra canaya
Andrés Pillín Bracamonte, había sido atacado por un grupo de hinchas en Rodríguez y Zeballos. Fue
el propio Tejeda, herido en el suelo, quien le suministró al comisario Sergio Roland una serie de
detalles que terminaron en la detención de Cato Molaro en uno de los portones de ingreso a la
cancha de Newell's Old Boys.
Tejeda ingresó al Centenario con varias heridas de arma blanca y un disparo que
le quebró el fémur, un dato que fue objetado por los defensores de Molaro, los abogados Marcos
Cella y Germán Mahieu. Para ellos al ingresar al hospital Tejeda sólo tenía heridas de arma blanca.
En primer momento Molaro quedó preso acusado por las lesiones de Tejeda. Pero al morir el barra
Cato quedó imputado por homicidio.
Caldera dentro y fuera. Con Cato Molaro preso y Tejeda muerto, en las calles de
la zona noroeste se sucedieron una serie de ataques a balazos investigados en al menos cuatro
juzgados. Estos hechos tuvieron su punto culminante cuando Pillín Bracamonte quedó detenido durante
una semana por una acusación, por parte de la mujer de Molaro, que terminó siendo inexacta. "Me
extraña que el Cato Molaro, un tipo que estuvo doscientos años en Coronda y tiene sus códigos, me
mande a denunciar con su mujer. Yo en esto no tengo nada que ver", dijo ante la acusación
Bracamonte a LaCapital.
La muerte de Tejeda fue investigada por el juez de Instrucción Osvaldo Barbero.
Al inicio del proceso Molaro fue sometido a dos reconocimientos de persona. Uno fue negativo y el
restante positivo. Aunque el testigo que lo reconoció tuvo gruesas contradicciones al describir la
vestimenta que Molaro llevaba el día del hecho y su apariencia física. "Sobre un grupo de 30 que
habría atacado a Tejeda, el único reconocido fue Cato Molaro", indicó por entonces una fuente
tribunalicia.
Pero el giro en la causa lo motivó un informe elaborado por una forense del
Instituto Médico Legal de Rosario. Este puso bajo la lupa el contenido de la historia clínica de
Tejeda durante su internación en el Centenario y su cotejo con el resultado de la autopsia.
En el suero. Fuentes tribunalicias indicaron que el resultado dictaminó que
Tejeda murió por una ingesta de cocaína. La droga se la habría colocado el propio Tejeda en el
suero que lo hidrataba, lo que le provocó una crisis asmática.
Y como esto se develó varios meses después de la muerte fue imposible cautelar
elementos que hubieran sido útiles para la pesquisa, como por ejemplo el material descartable usado
para pasar el suero.
El informe médico develó entonces que Tejeda no murió por las heridas por las
que había ingresado en internación y por las que Molaro estaba acusado. También, entre otras
pruebas valoradas por la jueza Sabatier, pesaron las contradicciones en que incurrieron varios de
los testigos que complicaban a Cato. Así, siete meses después de estar detenido primero en la
comisaría 6ª y luego en la cárcel de Piñero, Cato Molaro fue liberado por falta de mérito la semana
pasada.