Estanislao Repetto, el muchacho de 20 años que en septiembre de 2009 mató a su
hermano y a un vecino en barrio Alberdi, no podrá ser derivado a una clínica privada de salud
mental para su tratamiento. Una junta médica concluyó que el muchacho debe seguir internado en el
neuropsiqiuátrico Agudo Avila por ser un lugar que admite la presencia de custodia policial.
El informe había sido requerido por el juez Alfredo Ivaldi Artacho en diciembre
a los forenses de Tribunales, cuando les solicitó que sugirieran un lugar de internación apto para
el joven. El dictamen fue firmado por la médica psiquiatra Marta Rodríguez y médicos del Agudo
Avila, donde Lalo Repetto recibe tratamiento desde que cometió el doble homicidio.
Los médicos plantearon que el joven debe permanecer allí, entre otros motivos,
porque cuenta con custodia policial permanente y ese resguardo no sería posible en una clínica
privada. Los familiares del muchacho habían solicitado que fuera derivado a una clínica de Buenos
Aires pero el juez lo denegó porque el desarraigo está desaconsejado en casos de patología
mental.
A partir de la recomendación médica, Lalo seguirá internado en el Agudo Avila,
donde permanece sin conciencia de su enfermedad, bajo un cuadro delirante y con riesgo de padecer
un nuevo brote psicótico.
El caso se encamina a que el muchacho sea declarado inimputable, ya que según
los médicos no fue capaz de comprender sus actos cuando cometió el doble homicidio porque sufrió
una "psicosis delirante aguda". Para eso, Lalo deberá ser enviado a juicio —convencional o de
procedimiento abreviado— y entonces se dictará la medida de seguridad que deberá seguir.
El 9 de septiembre de 2009 Estanislao fue internado por su familia en el
instituto Philippe Pinel, de Oroño y Zeballos, en el marco de un tratamiento psiquiátrico por
depresión. A la 1 del día siguiente se escapó y caminó descalzo hasta su casa de Marull 272. Allí
se dio una ducha y al salir del baño mató a cuchilladas a su hermano Nicolás, de 22 años. Luego se
subió a su Ford Ka e irrumpió violentamente con el auto en la casa de su vecino Sabas Kontides, de
87 años, quien no podía dormir y se había asomado a la calle al escuchar los gritos y a quien
asesinó a golpes. Luego atacó a la hija del hombre, Viviana, de 41, quien sufrió un severo
traumatismo de cráneo por el que aún se recupera lentamente.
Lalo volvió a su casa y encontró con su madre, Viviana María Bearzotti, a quien
mordió en el rostro y comenzó a comprimirle el cuello con sus manos. En ese momento llegó la
policía, alertada por los vecinos.