En los últimos meses se incrementaron los hechos delictivos en el país afectando
a todos los sectores sociales. Todos somos blancos fáciles de la desmedida inseguridad y la
impunidad. En esta instancia, esta problemática debería ser tema de prioridad nacional. Sin duda
este flagelo apareja todo un trasfondo social complejo; sin embargo, esto parece ser un análisis
que aletarga la toma inmediata de acciones de seguridad preventivas para salvaguardar la integridad
física y emocional de cada ciudadano. Me aflige vivir con miedo, desvelado por el posible robo de
un delincuente, sospechar que mañana podría ser mi hija quien se muestre desaparecida en los
televisores de cada hogar. Cuántos asaltos y despojos, cuántos asesinatos, cuántas violaciones y
corrupciones, cuántos raptos y desaparecidos, cuánta violencia que atenta contra los derechos
humanos y nos empobrece como sociedad. Son suficientes para decir basta. Quiero creer que el pueblo
argentino, como en otras oportunidades, lo exigirá movilizado y en unión.
Ester Hernández,