Londres. — No más tacones altos en el trabajo como obligación, y eso por
seguridad personal, igualdad de sexos y economía nacional. El congreso de los sindicatos británicos
aprobó una moción en la que condena toda instrucción interna de empresas que exija como uniforme de
trabajo que las mujeres lleven tacos altos. "Los tacones altos pueden parecer glamorosos en las
pasarelas de Hollywood, pero son completamente inapropiados para el entorno diario de trabajo",
dijo la moción aprobada por aclamación momentos antes de que el premier Gordon Brown se dirigiera
el martes al pleno de los sindicalistas.
En defensa de la moción hubo voces para todas las sensibilidades. Se oyó el
argumento feminista, que reclamaba "igualdad de zapatos" para ambos sexos, apuntando que los
hombres jamás tolerarían ser obligados al suplicio de andar o estar de pie de modo tan
antinatural.
También aparecieron las advertencias legales: una caída desde esas alturas o
problemas de salud en los pies podría ser motivo de pleito contra la empresa. Finalmente se llegó
al terreno del dinero: "Este no es un problema trivial. Cada año se pierden muchos días de trabajo
por problemas relacionados con los pies", indicó Lorraine Jones, de la sociedad de podólogos, que
recordó que los días perdidos de trabajo equivalen a casi 350 millones de euros de contribución a
la economía británica. Los sindicatos reclamaron "zapatos sensatos" en el puesto de trabajo y
advirtieron a la patronal que desaprensivos empresarios están poniendo el país "al borde de una
catástrofe podológica".