El ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, advirtió que hablar de "tarifazo" para referirse a la reducción de subsidios anunciada por el Gobierno nacional es "una mentira de patas cortas".
"En relación con la apelación a la palabra tarifazo , con el claro objetivo de desinformar a la ciudadanía, es una mentira de patas cortas que rápidamente será advertida por el usuario cuando reciba su factura sin subsidios", afirmó De Vido.
El funcionario sostuvo que "el metro cúbico de gas en la región y en el mundo cuesta hoy 27 veces más que lo que paga un hogar subsidiado en Argentina y más de 5 veces si se considera el valor pleno de la tarifa en el país".
Remarcó que "en el caso de la garrafa de 10 kilos, en la región está 150 pesos por unidad y en Argentina 16 pesos" y evaluó que "esta es la competitividad indiscutible del sistema energético argentino, que con una demanda que prácticamente se duplicó importa menos del 10 por ciento del consumo total".
Señaló que en los años 90 "en Argentina se pagaban tarifas a precios internacionales y eran de las más altas del mundo, condenando a la economía a una recesión, a la industria a la depresión, a la exclusión de la mitad de las provincias del sistema energético".
"Hablar de las medidas anunciadas ayer como ajuste económico ortodoxo no tiene ningún rigor técnico. Primeramente porque la tarifa plena no se modifica y lo que se reduce es el nivel de subsidios que reciben los usuarios, con todas las excepciones que se informaron, de acuerdo a parámetros de poder adquisitivo y consumo responsable", destacó.
En una nota de opinión publicada por un matutino porteño, De Vido señaló que "los fondos que surjan de esa reducción de subsidio no se retiran del circuito de la economía sino que se redireccionan y se reinyectarán para desarrollar otras políticas públicas e inclusivas, en este caso como la Asignación Universal por Hijo o el Progresar, con el que la Presidenta profundizó este modelo cuando las corporaciones intentaban hacer una corrida cambiaria".
"Ajustes de tarifas con impacto en la economía eran los que ocurrían durante el autoabastecimiento neoliberal", subrayó, al tiempo que consideró que en ese momento "les hacían pagar a los argentinos tarifas en dólares para que los balances de las empresas energéticas desbordaran de rentabilidad y que, bajo un velo protector mediático y de los funcionarios de turno, pudieron repatriar hacia sus casas matrices en tiempo récord un supuesto capital invertido, que en realidad era inexistente".
Además, De Vido dijo que se "enorgullece" de medidas que permitieron "ampliar y expandir los servicios básicos como no ocurría en las últimas décadas, como los 8.700 megavatios construidos desde el año 2003, los 5.500 kilómetros de líneas de alta tensión y 2.790 kilómetros de gasoductos troncales que permitieron conectar 3.700.000 hogares, 320.000 nuevos medidores industriales y comerciales y 70.000 medidores rurales y para riego a la red eléctrica nacional, así como también 2.100.000 hogares y 120.000 nuevos medidores industriales y comerciales a la red de gas".
"El verdadero fracaso sería continuar con el país del 2003, donde no existía ninguna obra importante en marcha ni una planificación de corto, mediano y largo plazo, porque no había perspectiva alguna de desarrollo y mucho menos de inclusión social", advirtió.
Aseguró que las políticas de los últimos años permitieron que "la cobertura energética creciera un 40 por ciento en todos los segmentos de usuarios, mientras que las demandas se incrementaron más de un 85 por ciento en promedio para todos los sectores, clara evidencia del fenomenal desarrollo económico con inclusión en esta década ganada, que tanto parece molestarle".
Fuente: NA