El gobierno nacional volvó a amenazar ayer con permitir la importación de carne vacuna para regular los precios domésticos, que saltaron bruscamente desde noviembre pasado, cuando se anunció la devaluación.
El ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, sostuvo que durante las últimas semanas, y especialmente durante diciembre, hubo una “desaparición” de la oferta cárnica “por fin de año, por ser fecha de cierre de balance” pero también mencionó que el producto “desapareció porque hay una actitud de especulación de un negocio”.
Buryaile se expresó en línea con los dichos expresados por la vicepresidenta de la Nación, Gabriela Michetti, que en declaraciones a medios extranjeros dejó abierta la opción de importación de carne para contener las subas de precios en el mercado local. Es la tercera vez que el funcionario formula esta advertencia, sin conmover a los formadores de precios.
Para colmo, con los precios de la carne vacuna se dispararon también los de las carnes sustitutas, como el pollo y el cerdo. Desde la Sociedad de Carniceros de Rosario denunciaron ayer que los cortes porcinos subieron 60% desde noviembre, y no cesan.
En el caso de la carne vacuna, los valores de la hacienda en Liniers recortaron posiciones respecto a la fuerte suba que se registró por las fiestas de fin de año, pese a que aún mantienen un alza promedio del 14% respecto a mediados de noviembre pasado.
El vicepresidente primero de la Federación Agraria Argentina, Ariel Toselli, dijo que es necesario “revisar la cadena de comercialización” para analizar por qué las góndolas no reflejan esa desaceleración. “El novillito llegó a 28 pesos y ahora está en 22 pesos”, dijo.
El director ejecutivo del mercado ganadero de la Bolsa de Comercio de Rosario (Rosgan), Raúl Milano, dijo que en Liniers hubo una caída de precios en las últimas semanas, que no se reflejó todavía en las carnicerías.
“Tomando los datos del Mercado de Liniers, incluyendo hasta esta última semana, podemos decir que muy poco quedó del aumento inicial de diciembre que motorizó una suba generalizada de los cortes en las carnicerías”, aseguró.
Dijo que en el primer trimestre de 2016 “habrá un poco más de terneros”. Igual, advirtió que “las expectativas sobre el sector son tantas que apretarán fuertemente la retención, de modo que los posibles 500.000 nuevos animales serían igualmente escasos para tanta ilusión puesta a futuro”.
Mercados. El ejecutivo rosarino dijo que “estos son tiempos de paciencia, de permitir que los mercados vayan encontrando sus puntos de equilibrios.”, agregó.
“Quienes más captaron los incrementos actuales en la cadena fueron inicialmente los criadores y posteriormente, los carniceros, recuperando rentabilidad en el mostrador pero impactando en una demanda limitada por los aumentos inflacionarios de todos los productos”, concluyó.
Trigo: estiman mayor cosecha
El Ministerio de Agroindustria y la Bolsa de Cereales de Buenos Aires elevaron ayer sus estimaciones de cosecha de trigo 2015-2016, respectivamente, a 11 millones y 10,3 millones de toneladas. Ambos organismos consignaron ayer en sendos informes que la recolección triguera en el país se encuentra próxima a finalizar. Por otro lado, la Argentina duplicó sus embarques de exportación de trigo a Estados Unidos con cerca de 100 mil toneladas.
JBS reactivará plantas
La desregulación del negocio cárnico encarece el producto al consumidor pero atrae a los empresarios. El grupo brasileño JBS, que en Argentina controla Swift, tiene previsto reabrir las cuatro plantas que había paralizado en 2012, como la de Venado Tuerto, y ampliar la capacidad de producción del frigorífico de Villa Gobernador Gálvez.
Lo anunció el presidente de JBS Mercosul, Miguel Gularte. Actualmente, el grupo sólo faena en la histórica planta de Swift en el sur de Rosario, que tiene 1.500 empleados. La planta se ampliará para el segundo semestre.
El otro gigante brasileño, Marfrig, en cambio, negocia la venta de sus tres plantas frigoríficas en Argentina, incluida la de Santa Fe, al grupo chino Foresun Group.