Sara González
Los sectores de la industria local que requieren insumos importados para su proceso productivo no tienen respiro.
La última disposición de la Secretaria de Comercio Interior que restringe el acceso a los dólares para comprar insumos importados pone contra la cuerdas, sobre todo, a las industrias pyme de Mendoza.
También preocupan las subas de los precios de los insumos importados y el acortamiento de los plazos en la cadena de pago.
Desde el lunes 17, a las grandes compañías que quieren importar cualquier tipo de producto o pagar servicios se les exige que financien esas operaciones con dólares propios, que tomen créditos internacionales o que se financien con apalancamientos de las casas matrices. Hasta ahora podían comprar dólares en el Banco Central, pero desde ahora y por 90 días, se les corta esa posibilidad con el fin de que esa institución sólo se concentre en cuidar sus diezmadas reservas.
En teoría, de acuerdo con lo que les comunicó verbalmente –ya que no hay nada dicho por escrito– el secretario de Comercio Interior, Augusto Costa, a los empresarios, las pymes quedan exceptuadas de estas restricciones.
Pero en la práctica el sistema sigue siendo arbitrario. Los primeros que han notado complicaciones son los despachantes de Aduana o las importadoras de insumos. “No está muy claro cuál es el alcance de la medida. En teoría, quedan exceptuadas las pymes, pero en la práctica siguen existiendo las mismas complicaciones para importar insumos que en la época de Guillermo Moreno”, refirió un despachante de una importante empresa local que, como otras firmas, evitan dar sus nombres cuando critican las medidas del Gobierno nacional para evitar complicaciones.
“Estas medidas son un acta de defunción para la pymes. Conozco, por ejemplo, el caso de una pyme que decidió comprar una cosechadora para la temporada, pero el trámite se demora tanto que cuando la máquina llega ya terminó la cosecha. El sector agrícola tiene complicaciones para conseguir agroquímicos, también se complica hacer inversiones, todos los insumos que hace falta para instalar riego por goteo –por ejemplo– son muy difíciles de conseguir”, detalló el profesional.
La industria, por su parte, aún no ha sufrido complicaciones por las nuevas medidas. Es que las nuevas restricciones son recientes y los trámites para alcanzar la aprobación de una declaración jurada tardan meses, por lo tanto comenzarán a sentir el impacto a medida que deban hacer frente a los pagos después de conseguir la aprobación de la famosa DJAI (Declaración Jurada Anticipada de Importación).
Por el lado de la industria vitivinícola, Juan Carlos Pina, de Bodegas de Argentina, dijo que “hoy por hoy lo que más preocupados nos tiene es el aumento en el precio de los insumos y la reducción en los plazos de pago.
Estos son los problemas que hoy complican a la industria. Hay insumos que han aumentado el 25% y, lo que es peor, los proveedores quieren cobrar antes, mientras el bodeguero tarda meses en recuperar lo que invirtió”.
La industria vitivinícola depende de muchos insumos importados: bozales de las botellas de champán, corchos, etiquetas y botellas, todos vienen del exterior. Con las levaduras y otros insumos enológicos necesarios para la elaboración de los vinos sucede lo mismo.
En la viña hacen falta agroquímicos y fertilizantes que también deben importarse. Inclusive invertir en los sistema de riego por goteo es un dolor de cabeza, porque los insumos también deben adquirirse en el exterior.