Sin embargo, observa el trabajo que "ese gap, más que originarse en actos de discriminación de los empleadores o a predominios de unos en las ocupaciones con mayor retribución y de otras en las menos calificadas, se explica fundamentalmente por la amplia diferencia en la cantidad de horas promedio semanal de labor que cada género le asigna habitualmente a las tareas remuneradas".
Al dividir los ingresos promedio de las ocupaciones principales que surgen de la Encuesta Permanente de Hogares por el tiempo dedicado a generarlo, el trabajo de Idelas-UCES comprobó que "la brecha promedio a favor de los varones fue históricamente inferior a cinco puntos porcentuales al de las mujeres, con las excepciones de 2004 y 2005, cuando se aproximó a 10% y ahora que se tornó a favor del sexo opuesto en casi tres puntos porcentuales".
Ya en 2008 se había insinuado una acelerada aproximación del salario promedio horario de las mujeres al que recibían los hombres, pero no pudo sostenerse en 2010. De ahí que tuvieron que esperar un año más para demostrar que ese quiebre fue circunstancial y que la carrera en busca del liderazgo seguía a toda marcha.
"Los datos de Distribución del Ingreso del Indec revelaron que esa reacción se sustentó en el salto de la remuneración promedio del género femenino en 33,3%, frente a 25% del masculino, dado que en los últimos doce meses no se verificaron cambios en las horas trabajadas por cada sexo, con un promedio de 35 semanales en el primer caso y 45 en el segundo", explica la casa de altos estudios.
Impacto negativo sobre la oferta laboralEl análisis del Idelas-UCES, pudo detectar que ese giro no alentó el crecimiento de la oferta laboral de mujeres, pese a la notable tonificación que mantuvo la actividad de los sectores productores de bienes y servicios, levemente interrumpida por los efectos de la crisis financiera internacional en 2009.
Por el contrario, "los datos de la EPH mostraron que en los últimos doce meses la población económicamente activa femenina se achicó a 46,5% del total del segmento comprendido entre los 14 y 65 años, constituyéndose en la menor proporción desde 2003 y marcó una baja de casi dos puntos porcentuales desde 2009", agrega el informe de agosto de la entidad.
Ese desempeño contrastó con la dinámica que mostró el segmento de los varones, al punto que la brecha entre la PEA femenina y la masculina, lejos de achicarse, se amplió a 35,8 puntos porcentuales, desde 33,6 en los dos años precedentes.
FUENTE: Infobae.com