Ello sucede, fundamentalmente, en países de la Unión Europea (UE). Productores y consumidores intentan prescindir de un material de uso cotidiano, pero letal

El comercio minorista busca dejar de usar plástico

Por UNO

Liberar la economía de plásticos de un solo uso se ha convertido en una prioridad en la Unión Europea (UE), donde legisladores, productores y consumidores intentan prescindir de un material tan letal para la biodiversidad marina como cotidiano para los ciudadanos.

El objetivo declarado de la Comisión Europea es que todos los envases de plástico producidos en la UE en 2030 estén diseñados para que puedan ser reciclados y evitar que el 50% de los envases de plástico acaben en las playas europeas.

Y el comercio minorista, que representa el 11% del PBI de la UE, funciona como una atalaya desde la que analizar e impulsar ese viaje colectivo hacia una economía circular donde el reciclaje y la reutilización de los materiales sustituya a la entrada de nuevos componentes en el sistema productivo.

Para poner en común sus inquietudes y experiencias, representantes de la industria del empaquetado, del plástico, grandes comerciantes e instituciones como la Comisión Europea o las Naciones Unidas, se dieron cita en el Foro de Comercio Minorista para la Sostenibilidad organizado en Bruselas.

"Los supermercados son un espejo de la sociedad. Se adaptan constantemente a la demanda", resumió Susanne Czech en nombre de la Mesa Redonda Europea de Comercio Minorista, que agrupa a empresas como El Corte Inglés, Ikea, Mercadona, Lidl o Marks & Spencer.

Todos coinciden en que el desafío medioambiental es enorme y la mentalidad debe cambiar porque si todos los habitantes del mundo consumieran recursos como los europeos, incluido el plástico, harían falta dos planetas y medio para saciar sus necesidades.

"Es irreversible. Tenemos que alejarnos de un consumo irresponsable de recursos. Toda la cadena de suministro es consciente de este problema", comentó en ese encuentro la gerente Responsabilidad Social de la cadena española de supermercados Mercadona, Adela Torres Calatayud.

Su perspectiva, como apuntó el eurocomisario de Medio Ambiente, Karmenu Vella, es enriquecedora porque "las superficies comerciales pueden influir tato en la producción como en el consumo".

"Perseguimos una transformación económica completa. Queremos cambiar la forma en la que los plásticos se producen, consumen y reciclan en la Unión Europea", agregó Vella, quien el pasado enero lanzó la primera estrategia sobre plásticos nunca diseñada por la CE. A ese esquema le siguió en mayo una propuesta para eliminar objetos como pajitas, bastoncillos o vasos de plástico cuando existan alternativas.