El equipo que dirige Pipo Gorosito recibió en la Bombonera a los paulistas en el partido de ida de la final de la Copa Sudamericana y no pudo aprovechar la localía. A los 15m fueron expulsados Luis Fabiano (San Pablo) y Donatti (Tigre). Síntesi

Tigre solo pudo igualar 0 a 0 con San Pablo en la primera final

Tigre empató 0 a 0 en La Bombonera a San Pablo, de Brasil, en la primera final de la Copa Sudamericana 2012. La revancha se jugará el miércoles próximo en el Morumbí. No cuentan los goles como visitante.

Tigre ganará el primer título de su historia con una victoria, un empate derivará en tiempo suplementario y luego en tiros penales, y una derrota le dará el cetro a San Pablo.

Palabras más, palabras menos, la final quedó abierta para ambos equipos.

Y todo esto porque en La Bombonera no se sacaron ventajas, porque hubo más juego brusco que fútbol, porque ninguno de los dos se animó a ganarlo.

Más allá de eso, el inicio del cotejo dejó en claro la diferencia de categoría entre un equipo y otro.

Es que San Pablo, con jugadores habilidosos y muy rápidos, marcó el ritmo de juego, manejó la pelota, fue profundo, pero falló en la puntada final.

El conjunto que dirige Ney Franco, con un 4-2-3-1 flexible, tuvo las mejores ocasiones de gol, con un remate de Lucas (1m.) y otro de Luis Fabiano (4m.).

Pero hubo una jugada clave en el encuentro, un acción que cambió el rumbo del partido: a los 13 minutos el paraguayo Antonio Arias expulsó, correctamente, a Luis Fabiano, el goleador y referencia de área de San Pablo, y al zaguero Alejandro Donatti, uno de los pilares de la defensa de Tigre, por agresión mutua.

Y eso favoreció al conjunto que conduce Néstor Gorosito, que jugó a no jugar, por la sencilla razón de saberse inferior a su rival.

El 4-4-1-1 conservador inicial se convirtió en un 4-3-1-1 y le quitó aún más juego o velocidad por las bandas al equipo local.

Martín Galmarini pasó a marcar el lateral derecho, para mantener la línea de cuatro en el fondo, y los otros tres volantes se hicieron más anchos en una cancha angosta para controlar a Lucas (fue vendido en 50 millones de dólares al París Saint Germain francés), Jadson y Osvaldo.

Tigre ni antes ni después generó juego ni tampoco asumió el protagonismo del partido. Rubén Botta, el generador de fútbol, perdió en cada jugada que encaró y Ezequiel Maggiolo, el hombre gol, quedó aislado.

Esto porque Galmarini, ya devenido en lateral, no se proyectó y porque Ramiro Leone se dedicó a marcar la banda izquierda.

Con ese planteo cauteloso, Tigre mostró solidez atrás (San Pablo tuvo la pelota, pero no lastimó) y marca en la mitad de la cancha.

Un remate de Gastón Díaz (42m.) y otro de Diego Ferreira (44m.) fue lo único que generó el equipo en ataque.

Pero ni eso apagó la pasion de los 40.000 hinchas que reventaron La Bombonera (no se jugó en el estadio José Dellagiovanna, de la localidad bonaerense de Victoria, porque la Conmebol no permite que se desarrollen finales en canchas con aforo menor a 40 mil espectadores).

Y todo esto con Juan Román Riquelme en el estadio.

Es más, la segunda bandeja visitante, que no estaba habilitada, se llenó a partir de los 35 minutos del primer tiempo.

La fiesta estuvo en las tribunas y no en la cancha, donde los dos equipos lucharon más de lo que jugaron.

San Pablo, el ´Goliat´ de esta inédita final, ya que consiguió 10 títulos internacionales: 3 Copa Libertadores, 1 Intercontinental, 1 Supercopa, 1 Recopa, 1 Conmebol y 1 Copa Master Conmebol, entró en el terreno que le propuso Tigre, el ´David´ de esta historia, ya que apenas ostenta 3 segundos puestos en torneos locales.

Pero el segundo tiempo fue muy distinto al primero.

Tigre dejó de lado el planteo conservador, se adelantó, asumió el protagonismo, y, con más garra que fútbol, acorraló a San Pablo.

Sin embargo no inquietó al eterno Rogerio Ceni, el arquero autor de 106 goles a lo largo de su carrera, más allá de que hubo un penal no sancionado a Mariano Echeverría, por un agarrón en el área.

Eso fue tan cierto como que a la vez no sufrió en defensa porque San Pablo no atacó. Se pareció más a una clásica primera final, donde el local manda y el visitante espera.

A Tigre le faltó más gente en ataque.

Pero el 0 a 0, al cabo de los 90 minutos, les cayó bien a los dos.

La síntesis 

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Pese al esfuerzo, Tigre no pudo ganar en casa y se complica para la revancha en Brasil.
Pese al esfuerzo, Tigre no pudo ganar en casa y se complica para la revancha en Brasil.
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