Por Joaquín Trejo, de Promociones del Pueblo
La película The Fighter, la cual fue nominada al Óscar y que está basada en la vida del excampeón mundial, Micky Ward, aquel que diera épicas batallas con Floyd Mayweather, Óscar de la
Hoya y, tres de ellas, con el desaparecido Arturo Gatti, parece que es una vida paralela a la queha tenido el mexicano, Miguel Román, llena de desgracias y necesidades al extremo.Román, que disputará el título pluma de la Asociación Mundial de Boxeo contra JonathanBarros, pareciera que su historia de vida pudiese llevarse al cine, ya que desde niño ha pasado por
situaciones desafortunadas, que a la postre lo han hecho crecer necesariamente.De cierta manera, tanto la madre de Ward como la de Román, son dos ejemplos de lucha, cada unaen lo suyo. Han trabajan duro y están en la línea de fuego para poder sacar a flote a la familia,
como tantas mujeres en el mundo que son dignas de admiración y de todo reconocimiento.A Román, por nada del mundo, se le puede olvidar el asesinato de su hermano Rubén, a manos depandilleros de Ciudad Juárez, Chihuahua, y aunque pensó en dejar el boxeo para cobrar
venganza (sabe perfectamente quiénes fueron los asesinos), el promotor Reginaldo Kuchlele hizo entender que las venganzas no son buenas para nadie y que el mejor camino era el delperdón: "No se puede apagar el fuego echándole gasolina", le decía.Para Mickey no fue fácil, ya que aún recuerda como su "brothercito" le cargaba la maleta antesde ir al gimnasio y no se cansaba de verlo entrenar todos los días. Román comenzó muy joven a
entrenar boxeo y en el 2003 decidió hacer su debut profesional, siempre de la mano de la empresaPromociones del Pueblo."Es una máquina de tirar golpes. Este muchacho tiene muchas ganas de llegar, en su mirada se lepuede ver esa necesidad de triunfo y de llenar ese vacío que trae en su ser", diagnosticó el
experimentado manager, Ignacio Beristáin."Pocas veces he visto jóvenes como Román que tiran golpes de todos colores y de todos sabores.Yo creo que si hace una pelea, con estilo huracanado, le puede dar buenos resultados", dijo
Beristáin.Y es que al igual que Micky Ward, el barrio donde nació Román fue un lugar difícil de toda lavida, llena de privaciones, invadida por las drogas y las situaciones de alto riesgo en todos los
sentidos.A Mickey no se le pueden borrar de la mente, por más que quiera, aquellas imágenes de las casasde madera, por las que su madre camina todas las mañana, para luego cruzar el Río Bravo para ir a
las casas ricas de Coronado y Santa Teresa, Texas, donde ofrecía sus servicios para hacer limpiezao lavar ropa.La vida de Román como la de Ward pareciera que se repite infinitamente en el mundo entero y quecuando sacan una película donde desnudan la realidad, pareciera que esos mundos ya no existen, pero
son más frecuentes cada vez más en el boxeo.