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Cuando asumió a fines del 2009 se encontró con la caja vacía y cheques a levantar por la módica suma de 17 millones de pesos, sueldos y primas atrasadas.Las victorias en el final del Apertura frente a Racing y Tigre permitieron pasar las fiestas con una s

No levanta cabeza

Por UNO

Cabeza gacha. Así se fue el domingo pasado Astrada de la cancha de

River. Al Jefe se le cuestionó el cambio que hizo, ya que sacó a Gallardo.

Cuando asumió a fines del 2009 se encontró con la caja vacía y cheques a levantar por la módicasuma de 17 millones de pesos, sueldos y primas atrasadas.

Las victorias en el final del Apertura frente a Racing y Tigre

permitieron pasar las fiestas con una sonrisa.

El 2010 comenzó complicado. En la Copa de Verano, en Salta, River

Plate cayó ante el Independiente de Gallego y el Racing de Vivas.

Los clásicos ante Boca alegraron el verano: paliza 3 a 1 en Mar del

Plata, con un Keko Villalva genial, un Funes Mori filoso y un Rojas prometedor. Adiós Basile.

Passarella sonreía desde el palco oficial. Gozaba por lo propio y por

la desgracia ajena.

Llegó la revancha en Mendoza, y otra vez sopa. Esta vez con angustia,

Bou se la llevó con la mano, empató el partido y, en los penales, el Indio Vega por fin se vistió

de héroe.

El Kaiser se apuró a asegurar el futuro del club y firmó contratos con

la pareja del verano: Villalva y Funes Mori. Hizo bien. Cuatro temporadas para cada uno, a cambio

de más de un millón de dólares.

River quiso contratar a Santiago Silva, Ernesto Farías y Leandro

Caruso, entre otros, y no pudo.

Trajo refuerzos austeros que todavía están en examen: Ferrero, Díaz,

Rojas, Canales y, de vuelta, Ludueña. Después de cinco fechas, estos futbolistas no han marcado la

diferencia y el equipo sigue siendo mediocre: no gana de local y no mete goles.

Solamente Bou ha marcado y Paulo Ferrari es el más efectivo, con dos

tantos. Marcelo Gallardo es el mejor, pero juega poco.

A partir de junio, el promedio será un adversario y una

preocupación.

Ni siquiera Daniel Passarella pudo resolver la situación de su hijo

adoptivo Ariel Arnaldo Ortega. El flamante presidente millonario ya les anunció a los familiares

del Burrito que hasta que el jujeño no se interne no volverá a jugar en River. Conflicto.

Ortega entrena, pero cuando llega el viernes no aparece en la lista de

concentrados. Final incierto o cierto en junio. Buenas y malas en dos meses de gestión.

Lo peor es el equipo: no juega a nada. La paciencia con el entrenador

Leonardo Astrada no es ilimitada. Esta semana, Passarella le hará saber su preocupación al DT. Le

critican el mal cambio del domingo al sacar de la cancha al mejor millonario: Marcelo Gallardo.

El Jefe tiene contrato hasta diciembre del 2010 y lo quiere cumplir.

Ramón Díaz espera en las gateras.

Astrada se "durmió" y no metió la presión necesaria para que los

refuerzos sean mejores. Todo técnico depende de los resultados, aun las glorias del club. Y,

encima, este equipo ni siquiera genera situaciones de gol.

Ya no vale la excusa de Aguilar e Israel, los que llegaron sabían a lo

que se exponían y hoy el socio de River que los votó les pide respuestas. El público millonario

sigue apoyando, a pesar de todo, de manera estoica, casi heroica.

Ahora se prometen cambios e inversiones para junio. Hay crédito

abierto para esta gestión, que además se alineó con la AFA, dejó el grupo de los seis en la pelea

por la TV y sus ingresos para acoplarse a Don Julio, que le facilitó un crédito millonario con el

Banco Credicoop para tapar agujeros.

Passarella también acordó en su momento con Amado Boudou por las

deudas impositivas. La CD millonaria debe agudizar la imaginación.

El hincha sueña con Hernán Crespo y Andrés D'Alessandro. ¿Con Ramón

también?

En la otra vereda, Abel Alves aprendió la lección: a Martín Palermo no

lo saca más. ¡Qué golazo, Titán! A pesar de tener sólo un punto más que River, puede mirar el

futuro con más optimismo porque tiene más juego y más jugadores. Jesús Méndez se destapó, por fin.

Javier García salvó un partido, por fin.

Boca extraña a Nicolás Gaitán. A Viatri se lo comió la ansiedad por

demostrar que puede remplazar a Palermo.

La defensa sigue sin ser gran cosa. Riquelme insinúa, pero no

define.

El hincha de Boca se pregunta: ¿para qué vinieron Matías Giménez, Luiz

Alberto y Sebastián Prediger? El Clausura termina el 15 de mayo.

El Pato es historia. No merecía irse por una puerta tan del fondo.

Las próximas tres fechas son claves para Boquita: Estudiantes de La

Plata, Vélez y Racing. Semana superclave para Abelito, un tipo querible que merece que le vaya

bien.

Ya lo dijimos la semana pasada: es cruel despedir a un entrenador que "

labura" después de tres derrotas, pero a veces da resultado.

A Racing le salió bien, con un gol en off side, pero ganó. Russo

arrancó su era en la Academia con el pie derecho.

Tiene que confirmarlo frente a Independiente (¡qué tropezón,

Tolo!)

Siguen cayendo las acciones de Simeone: San Lorenzo lleva cuatro

partidos sin meter un gol. ¡Salud, Vélez Sarsfield!En su Centenario juega para ganar absolutamente

todo.