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A poco menos de 4 meses para la gran cita mundialista en Sudáfrica, es difícil imaginar, una vez más, que alguien tenga confianza en que la selección argentina levante por tercera vez el trofeo más preciado por el mundo futbolero; la Copa del Mundo.Y esta

Hay que confiar en la Selección del Diego

Por UNO

A poco menos de 4 meses para la gran cita mundialista en Sudáfrica, es difícil imaginar, una vezmás, que alguien tenga confianza en que la selección argentina levante por tercera vez el trofeo

más preciado por el mundo futbolero; la Copa del Mundo.

Y esta vez es complicado soñarlo por una razón extraordinaria; el equipo de todos es dirigidopor Diego Armando Maradona. Con todas los connotaciones que eso significa.

La psicología del hincha argentino es tan compleja como la sociedad a la que representa. Nopretendo explicar acá socialmente el laberíntico entramado del ser nacional. Pero sabemos que somos

los campeones mundiales en desconfiar de todo y de cambiar de opinión a cada segundo. El ejemplo

paradigmático fue el del mundial  México 1986, a Carlos Bilardo lo querían, literalmente

fusilar en la plaza de mayo, por lo pésimo andar que su equipo mostraba antes de que el mismo Diego

levantara por segunda vez la copa en tierras aztecas. Obvio, después de tamaña hazaña, aparecieron

en las canchas argentinas cientos de banderas que rezaban: "Perdón Bilardo". De estos casos de '

panquequismo argento' hay millones, pero es un tema que da para otro día.

Ahora bien, las críticas a la selección Maradona vienen de todos los sectores, inclusive excedenlos límites de lo deportivo, que debería ser, en este caso, el campo de ésas críticas.

Aunque nadie lo reconozca, nunca lo harán, al más grande de todos los tiempos, no le perdonanhaber nacido en el barro de Villa Fiorito y que desde ahí se haya proyectado a lo más alto del

fútbol mundial.

Algunas de las críticas que le llueven por estos días, nacen de las voces más recalcitrantes yreaccionarias, a su concepción de clase social a la cual el diez perteneció, o sea la clase

humilde, obrera, villera, etc. Casi siempre ponen por delante  el flojo andar de la selección

para esconder su odio clasista.

En los casos más benévolos y leves, comparado con lo anterior, los reproches vienen porquesencillamente el Diego es confeso hincha de Boca Juniors y eso en un país tan pasional como el

nuestro es imperdonable. A Passarella también se lo hacían por ser de River Plate.

También hay otros argumentos, más razonable o leales, si se quiere; la selección nunca jugóbien, fuimos un desastre, nos ganó Brasil y en nuestra casa, nos clasificamos angustiosamente, acto

seguido un Diego herido y auténtico escupió una frase contra el 'primer poder' o sea la prensa

nacional o aún peor contra sus periodistas 'estrellas', se peleó con Bilardo, con Valdano, con

Claudio Vivas (¡sí el DT de Racing!), con Riquelme, jugamos amistosos de poca monta, citó a más de

100 futbolistas y prometió llegar a los 150, se volvió a pelear con la prensa y me quedo corto con

ésta lista. En fin se mostró tal cual es o que esperaban ¿que actuara como un intelectual?

Desde la razón futbolística, no tengo una explicación lógica de por qué defender a la selecciónde Diego. Sólo mi condición natural de ferviente maradoniano de primera hora es; el único motivo.

Es él motivo.

Sólo tengo la certeza de que nos va a ir bien, de que, a los jugadores que les toque tener elorgullo de representarnos con la camiseta más bonita del mundo, se impregnen con esa mística y

magia que supo tener Maradona, y si eso no pasa, mi posición acerca del diez no va a mutar.

A los demás les digo; confiemos, apoyemos, alentemos y cantemos por este equipo. Alguna vezhagamos lo inverso de lo que no estamos acostumbrados.