Documento histórico. Perón festeja eufórico, un gol de Boca ante River. Foto: web
Documento histórico. Perón festeja eufórico, un gol de Boca ante River. Foto: web
Hay una vieja leyenda nacida allá por los años `40 y `50, donde Racing Club se arrogaba el privilegio, según ellos, de tener al hincha más ilustre de la época: Juan Domingo Perón. Hoy, el revisionismo histórico se encarga de rebatir esa afirmación, y acercar los gustos futbolísticos del General a los de la “mitad más uno”.
Antonio Cafiero siempre lo dijo: Perón no era de Racing, como se decía comúnmente, sino que tenía el corazón “bostero”.
La creencia de la simpatía nació cuando durante la primera presidencia de Don Juan Domingo se benefició a varios clubes de fútbol, entre ellos la Academia, que construyó el famoso “Cilindro de Avellaneda”
Las pruebas
Pero es un dato irrefutable que el fundador del Partido Justicialista era hincha de Boca, tal como informó el sitio 442. Al parecer, además de la declaración de Cafiero existe otro testimonio esclarecedor: el del ex ministro de Hacienda peronista Ramón Cereijo, quien parece que realmente fue el “hada madrina” de La Academia.
Cereijo fue parte del gobierno de Perón durante su primer mandato, y muchos años más tarde confesó en una entrevista con el periódico deportivo “Estadio” que fue él quien influenció al General para que la Academia saliera beneficiada y pudiera construir su estadio cerrado, bautizado apropiadamente “Presidente Juan Domingo Perón”.
“El general era simpatizante de Boca y no de Racing, como suponían muchos. Es más, en 1951, cuando se disputó la famosa final entre Banfield y Racing, Perón hinchaba por el primero. Usted sabe, es común que nos identifiquemos con los equipos más chicos”, había declarado Cereijo a “Estadio”, en una entrevista que data de julio de 1981.
Otro dato importante que avala el fanatismo de Perón por Boca era tal que el coleccionista xeneize Pablo Batlle facilitó una foto al sitio donde se lo ve festejando el gol de Ricardo Rolando en la victoria del equipo de la rivera sobre River, en un partido disputado en el Monumental en 1953.
Una anécdota
A falta de pruebas, existe una anécdota más: en sus años de exilio, Perón no dejó de pensar nunca en el fútbol argentino allá en Puerta de Hierro, España. En una entrevista realizada en 1964, la derrota de Boca frente al Betis le costó caro, y no sólo en lo emocional: “La derrota de Boca no solo la sentí como simpatizante de ese club del cual soy hincha, sino que me costó pagarle una apuesta a mi jardinero que es rabioso simpatizante del Betis”, habría reconocido, según el historiador del peronismo Roberto Baschetti.