Hidro Avión viene por afuera y le gana por una cabeza al guapo de Earl
City. Foto: Miguel Cicconi/UNO
Nuevamente Hidro Avión pidió pista y pasó en vuelo rasante por la cancha de la Catedral, para
aterrizar en el disco y llevarse el clásico de la tarde, disputado ayer en los festejos del
bicentenario de la patria, hábilmente piloteado por Alberto Giménez.
La décima carrera del nutrido programa que organizó el Hipódromo de Mendoza fue el Clásico 25 de
Mayo de 1810 del Bicentenario, y tuvo un desarrollo a la altura de las expectativas de la mucha
gente que se dio cita en el circo hípico mendocino. Allí el pupilo de Rivamar, volvió a ganar la
prueba principal, confirmando su chapa de gran
campeón, la que comenzó a colgarse tras ganar el Vendimia 2010.
Pero nada fácil le resultó llevarse los laureles, ya que Earl City se corrió "la carrera de su
vida", tras mantenerse desde la largada y hasta los 300 metros finales al frente del lote. En el
ínterin tuvo que aguantar la carga de Sebek Dan, primero, y de Honest Spirit luego, para claudicar
apenas por una cabeza ante la gran atropellada de Hidro
Avión.
Ante tanta guapeza, Alberto Jiménez tuvo que afinar la estrategia, y si bien reguló el ritmo de
carrera, tuvo que esforzarse para mantenerse a tiro de Earl City y poder dar el zarpazo a tiempo.
Pese a esto, sobre el disco pareció que retomaría la punta su rival, lo que le dio a la carrera un
final sumamente emotivo y electrizante.