En la fiscalía donde se investiga el siniestro desatado en el laboratorio Apolo, que dejó a una persona herida de gravedad y provocó daños en una decena de viviendas de barrio Tablada, espera recibir hoy el expediente municipal donde constan los permisos y las inspecciones realizadas en la planta de Alem 2967. Los trámites levantaron polémica en el Concejo Municipal donde se ventiló que el edificio había tenido seis clausuras desde 2004, tres de las cuales fueron por no contar con habilitación municipal para funcionar.
Las condiciones de funcionamiento del laboratorio y los controles a los que se sometían sus calderas son dos de los puntos que busca determinar el fiscal Walter Jurado, a cargo de la investigación por la explosión registrada durante la madrugada del pasado 27 de junio.
Por eso, los documentos permitirán avanzar en ese aspecto de la pesquisa. Y si bien hasta el viernes el expediente permanecía en algún despacho del municipio, fuentes cercanas a la fiscalía estimaron que los papeles estarían llegando hoy.
El jueves pasado, en el Concejo Municipal se aprobó un pormenorizado pedido de informes que busca determinar el control ejercido sobre el funcionamiento del laboratorio y la responsabilidad del municipio en garantizar la seguridad de los vecinos que, desde hace años, vienen denunciando irregularidades en la actividad de la planta.
En medio del debate, se conoció que desde 2004 hasta diciembre pasado, la empresa fue sancionada con clausuras por anomalías en las condiciones de salubridad, ruidos molestos y problemas con la habilitación. En cinco oportunidades, esas clausuras fueron violadas.
De acuerdo a las pericias realizadas por expertos de Bomberos Zapadores, el detonante del siniestro fue la condensación extrema de una de las dos calderas de la planta que, al despresurizarse, provocó una onda expansiva que dañó una decena de propiedades y causó serias heridas a un chofer de colectivo de 58 años.
Ayer Juan Carlos Sánchez permanecía internado en la unidad de cuidados intensivos del sanatorio Británico, aún en estado grave. El hombre había llegado al centro de salud más de la mitad de su cuerpo quemado por el agua hirviendo.
Todos los nombres. Otro punto que aún no pudo establecer con certeza la investigación son los nombres de los dueños de la firma, ya que la sociedad anónima que varias veces cambió su composición accionaria. Sin embargo, en el registro público de comercio de la provincia no quedaron asentadas todas estas variaciones.
En su edición de ayer, LaCapital dio cuenta como algunos directivos de Apolo aparecen vinculados a resonados casos nacionales de facturas truchas, maniobras fraudulentas contra el Pami y denuncias que cuestionan la producción y comercialización de los medicamentos.