Si el polémico descanso dominical pudiera trasladarse a todos los trabajadores de todos los rubros, tendríamos el imaginario escenario que sigue a continuación. Llega el domingo y en la tranquilidad de su hogar no encienda la radio ni el televisor porque los operadores de las emisoras no van a trabajar. Puede dedicarse a ordenar el placard o hacer cualquier cosa en su casa. Eso sí, trate de no accidentarse o lastimarse porque ningún servicio médico lo va a atender. Y por las dudas tenga a mano algunos baldes con agua, ya que si se le prende fuego algo los bomberos tampoco van a venir. Si decide salir, tenga en cuenta que no habrá ningún medio de transporte, por lo que si opta por una caminata y es muy larga lleve algo de comer y/o beber porque no va a encontrar ningún bar, ni kiosco abierto. Tampoco habrá cines, ni clubes. Pero si saca el automóvil asegúrese de tener suficiente combustible, pues no habrá ninguna estación de servicio que lo atienda. Y si tiene la mala suerte de pinchar un neumático, olvídese del ACA o cualquier otro servicio de auxilio. Todos estarán descansando. Póngase a cambiar la rueda con paciencia y sin miedo a que lo asalten, porque es probable que los delincuentes también respeten el descanso dominical y la policía tenga su día libre. La Capital no publicará nada de esta hipotética situación porque su personal y todo el periodismo estarán adheridos. Todo sería tan aburrido que los defensores de la ley del descanso preferirían ir a trabajar.
Alberto L. Valenti / DNI 6.032.422