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Laura Montero: acuérdese de ese nombre, porque lo va a escuchar muchas veces.

Una estrella fulgurante de la constelación Cobos

Por UNO

En periodismo no es muy recomendable escribir una nota de política hablando bien de un político.Puede ser peligroso. Pero esta vez sería descortés no hacerlo así. Laura Montero ha pasado a ser

desde hace un tiempo una de las únicas voces que Julio Cobos autoriza para hablar en su nombre.

Cobos no es –a esta altura del partido es indiscutible- ninguna figura menor de la política

argentina. Para muestra basta un botón: Néstor Kirchner y la presidenta Cristina Fernández casi no

duermen pensando en él.

Pero volvamos a Laura. En uno de los tantos llamados que un periodista puede hacer cuando

escribe, buscando pulir la información que maneja y corroborarla con otras fuentes, llamé a la

ahora senadora nacional –ex diputada- Laura Montero. Hablo con políticos a menudo y si hubiese una

característica que pudiera calificar como casi unánime en la dirigencia política del país es la

petulancia. Una importante porción de los políticos se creen "la última cocacola del desierto". Por

eso en general son injustos algunos señalamientos de la oposición al estilo soberbio de Cristina.

Muy pocos políticos están a salvo de esa característica que también posee a menudo, es verdad, la

presidenta.

Al hablar con Montero me dio la sensación de estar hablando con una mujer simple, llena de

humildad y a la vez capaz e inteligente. Absolutamente conciente del rol que le toca ocupar por

esta hora pero a la vez dueña de un aplomo envidiable y propio de las personas diestras. Quizá no

debería estar asombrado si sobrasen hombres y mujeres en la política de nuestro país con esta

cualidad pero no es así.

Montero es sanrafaelina y tiene sólo 50 años. Fue una destacada alumna de la Universidad

Nacional de Cuyo en su juventud y en esa casa de altos estudios obtuvo el título de Ingeniera

Agrónoma con mención de honor. Más tarde fue parte del Consejo Nacional de Investigaciones

Científicas y Técnicas, más conocido como Conicet. En el sector privado trabajó para las fincas de

las Bodegas Bianchi.

Hoy Laura juega en otras ligas menos técnicas y más políticas. Tuvo en la semana que pasó

que cumplir con un rol difícil, defender a capa y espada el voto que su padrino político, amigo y

compañero de maratones, su colega ingeniero Julio Cobos, emitió en la bicameral que aconsejó a

Cristina sacar a Martín Redrado del Banco Central. Montero se dio el gusto de decir de manera

textual que Redrado "tuvo una actitud imprudente e irresponsable en el desarrollo del conflicto (de

su remoción). Además, la austeridad no fue el mejor ejemplo de su gestión en un país donde todavía

hay gente que duerme en la calle". Y sentenció que "defender a Redrado es defender a Moreno".

No paró ahí. Aseguró, de manera inclusiva y como advertencia a todos sus colegas de la

política, que "hemos vivido un enero propio de una parodia, producto de errores y desaciertos de

todo el arco político, algo que nos debe generar vergüenza y preocupación". Para Elisa Carrió,

quien había sido dura con Cobos, también hubo unas palabras de Montero: "Es una pena que en la puja

interna de la Coalición Cívica no haya prevalecido la posición de Prat Gay y si lo haya hecho la de

Elisa Carrió, que responde meramente a especulaciones políticas".

Y como para que los radicales no se vayan a olvidar que todavía hay asuntitos internos que

resolver le espetó a Gerardo Morales: "No sé por qué Morales se arroga para sí la opinión del

partido radical, cuando simplemente expresa una visión personal. Muchos radicales han expresado su

apoyo a la decisión adoptada por el vicepresidente".

Montero desembarcó en la política de la mano de Gabriel Fidel, quien le presentó a Julio

Cobos en sus tiempos de gobernador de Mendoza. Con él tomó un café y se entendió rápidamente. El

Cleto la sumó a sus equipos de Economía y no tardó en convertirse en ministra de esa importante

cartera en directa relación con la producción de nuestra provincia. Cobos ha sido el único

dirigente al que Montero ha respondido políticamente en su carrera. Aunque su padre fue secretario

de Salud de Raúl Alfonsín.

Antes que nada las cosas como son. Acuérdese de este nombre: Laura Montero. Lo va a escuchar

varias veces. Es una de las estrellas más fulgurantes que orbitan en la constelación Cobos. A la

vez es capaz y vive en una casa alquilada.