Las urnas lo pararon en seco y lo mandaron a estudiar Decencia.Hacia adentroEl ascenso explosivo del nuevo rico duró lo que tenía que durar: el tiempo necesario para que el susodicho implosionara.Terminó autodestruyéndose, como el comunismo ruso, o las cintas de Misión: imposible.Lo concreto es que hoy Lobos está denunciado en la Justicia provincial y en los estrados federales por un variado menú de delitos que deberán ser probados.En el fuero provincial, por ejemplo, ya está imputado por administración fraudulenta en contrataciones y licitaciones.Y en la Justicia federal lo investigan por enriquecimiento ilícito, lavado de dinero y evasión impositiva.Ella tambiénAcusada está asimismo la esposa de Lobos, Claudia Verónica Sgró, quien también fue funcionaria de su esposo en cargos muy bien rentados.Los concejales de Guaymallén lo dejaron hacer porque en esa comuna, como en casi todas las municipalidades de la provincia, funciona un mecanismo delictual muy ladino.Ese modus operandi consiste en que el intendente de turno “adorna” a los ediles de la oposición con la entrega de cargos y otras “atenciones” con la finalidad de que no lo controlen. Todo con plata aportada por la ciudadanía.Sin vergüenzaEsa es una de las grandes canalladas de la política provincial, situación que también ha sido convalidada por los principales partidos con su silencio, lo cual debería dar lugar a un mea culpa generalizado en el ambiente político, tan necesitado de gestos de prudencia republicana.En el caso particular de Guaymallén deberían hacerlo los concejales radicales que “aceitaron” las trapisondas de Lobos como si no pasara nada.El nuevo jefe comunal de Guaymallén, Marcelino Iglesias, ha admitido públicamente esa trastada de correligionarios suyos que se desempeñaron en la etapa Lobos.En Guaymallén sólo el concejal de izquierda Federico Telera se animó a denunciar el escándalo que se vivía en Guaymallén.Chicos, vuelvanLo positivo es que los votantes de ese departamento castigaron con sus votos al voraz Lobos y lo sacaron, esperamos que por varios años, del ambiente político.Lo que no hicieron los organismos de control ni la propia política lo concretaron los ciudadanos.Sin embargo, Lobos y su esposa ya se habían hecho nombrar en el máximo escalafón de la planta permanente de empleados, lo que equivale a un cargo de subdirector de por vida.El actual intendente Iglesias hizo retornar de sus vacaciones al matrimonio Lobos-Sgró debido a que ahora están cortadas las licencias de todos los funcionarios políticos y las de los cargos más altos de planta permanente, debido a la crisis que envuelve al departamento.Mirá lo que te digo El caso Lobos bien podría leerse como una de las consecuencias de lo que ha sido el peronismo mendocino en los últimos años.Un partido sin vida, sin rumbo, sin actualización, sin claridad conceptual, entregado a los dictados autoritarios de la Casa Rosada, con líneas internas movidas por intereses descaradamente personales o de facción, y sin ninguna idea clara de lo que debería hacerse para mejorar esta provincia.Eso se llama fracaso de la política.Ya lo padeció el radicalismo luego del frustrante gobierno de la Alianza.Fue en aquellos años en que aún se creía que nada se podía hacer en la Argentina si no era asociado con el peronismo, es decir con el único partido que se había autodeclarado en condiciones de gobernar el país y las provincias.Si hoy existe un renacer diríase light del radicalismo, asociado por supuesto a la figura de Mauricio Macri, es porque a escala terminaron de entender que, como Lobos, el kirchnerismo en particular y el peronismo en general estaban por implosionar.Hay que exigirles a los políticos pero también los de a pie se deben exigir responsabilidades como fuerza civil.El periodismo tiene reservado por la Constitución un papel clave para controlar los excesos del poder.Pero la civilidad debe multiplicar sus organizaciones para apartar a tiempo a gente lanzada y desaforada, como Lobos y otros.No hay que olvidarse de Lobos. Su estilo político tiene aún no pocos admiradores secretos.