Estas páginas, declaradas auténticas por expertos mexicanos, se han convertido en el texto prehispánico más antiguo del que se tenga conocimiento.

Un códice de 1.000 años se suma a los tesoros mayas

Por UNO

Expertos mexicanos confirmaron la autenticidad de un códice maya de unos 1.000 años de antigüedad, que fue vendido hace 54 años por saqueadores.

El códice de estilo calendario fue elaborado entre 1021 y 1154, y se trata del texto prehispánico más antiguo del que se tenga conocimiento, señaló el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México.

Las 10 páginas sobrevivientes del "libro" hecho en corteza de árbol serán conocidas a partir de ahora como el Códice Maya de México. Solía conocérselo como el Códice Grolier. Originalmente pudo haber tenido 20 páginas, pero algunas se perdieron durante los siglos que permaneció en una cueva del estado de Chiapas, en el sur del país.

Contiene una serie de observaciones y predicciones relacionadas al movimiento de Venus. Los textos mayas están escritos en una serie de glifos silábicos, en donde una figura estilizada pintada a menudo funge como una sílaba.

Un coleccionista mexicano compró la pieza en 1964, y se exhibió por primera vez en el Grolier Club de Nueva York en 1971.

El coleccionista Josué Sáenz devolvió el texto a las autoridades mexicanas en 1974.

El hecho de que haya sido robado y tuviera un diseño más simple que el de otros textos de la época generó algunas dudas sobre su autenticidad. "Su estilo difiere de otros códices mayas conocidos y probados auténticos", indicó el INAH en un comunicado. Otros tres "libros" mayas posteriores sobrevivieron a los intentos de los conquistadores españoles de destruir los artefactos mayas en el siglo XVI.

Sin embargo, el instituto dijo que debido a que el documento fue escrito hace tanto tiempo, fue creado en una era de relativa pobreza en comparación con otras obras. El INAH señaló que una serie de pruebas demostraron la autenticidad de las páginas y de las tintas prehispánicas que se utilizaron en su elaboración.

A pesar de que estudios previos habían respaldado la autenticidad del texto, este pronunciamiento puso fin a décadas de incertidumbre en torno al documento.

"Por mucho tiempo, los detractores del códice destacaron que el estilo no era maya y que era 'el más feo' en cuanto a trazos y color", dijo la investigadora del instituto, Sofía Martínez del Campo. "Pero tal austeridad se explica por la época, es decir, si uno vive con carencias, echa mano de lo que tiene para producir obras".