Su revolución socialista generó descontento social e hizo caer su popularidad del presidente de Ecuador.

Rafael Correa lleva 3 años en el poder

Por UNO

QUITO - El presidente de Ecuador, Rafael Correa, cumplirá este viernes tres años en el poder con la

firme intención de radicalizar su revolución socialista y enfrentando un descontento social y una

caída dramática de su popularidad. En vísperas del aniversario, este economista de 46 años reiteró

su promesa de "seguir profundizando y radicalizando esta revolución de ética, dignidad y equidad".

"No podemos seguir llamándonos sociedad con las tremendas contradicciones que tenemos:

opulencia al lado de la miseria más indignante. No podemos continuar así", dijo Correa, defensor

del socialismo del siglo XXI junto con su aliado venezolano Hugo Chávez, aunque con varios matices.

Con seis victorias electorales en línea desde 2006, el mandatario promueve su revolución

apoyado en la Constitución aprobada en referendo en 2008, la cual le permitió la reelección por

cuatro años en agosto pasado (hasta 2013) con la posibilidad de un tercer mandato.

"No nos engañemos pueblo ecuatoriano. Confíen en su gobierno", exclamó Correa, cuya

administración ya repartió 30.000 de las 130.000 hectáreas de tierras de propiedad estatal entre

campesinos, mientras define la expropiación de terrenos improductivos.

En medio de los cambios y un duro enfrentamiento con la prensa, banca y petroleras a las que

conminó a renegociar los contratos, el gobernante ha visto descender el respaldo a su gestión del

récord de 76% en abril de 2007 (tres meses después de asumir el poder) al piso de 42% en diciembre

de 2009, según la encuestadora privada Cedatos-Gallup.

"La primera etapa se caracterizó por la necesidad del presidente de refrendar en elecciones

la reestructuración del Estado; ahora se encuentra en un momento en que debe satisfacer las

expectativas generadas en estos años", dijo a la AFP Adrián Bonilla, director de la Facultad

Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).

Correa celebrará la efeméride el sábado en la ciudad andina de Ambato (sur), donde espera

concentrar a unos 100.000 partidarios.

Pero los festejos se dan en un marco de insatisfacción social y anuncios de protestas de

trabajadores, transportistas e indígenas.

Estos últimos amenazan con un levantamiento (rebelión) en rechazo a la regulación del uso del

agua y a la explotación de minerales a cielo abierto.

Mientras, los sindicatos muestran inconformidad por el alza de 22 dólares (10,10%) en el

salario mínimo mensual para 2010, que pasó de 218 a 240 dólares.

"Existe un descontento general", expresó el coordinador del Frente Unitario de Trabajadores

(FUT), Alex González.

Pero Bonilla considera que "es un escenario de conflicto social normal" y Correa está "en

mejores condiciones que gobiernos recientes para procesar la agenda".

Aun así, el presidente ha denunciado planes desestabilizadores de la oposición, en los que

estarían involucrados sectores indígenas -supuestamente financiados por fundaciones de Estados

Unidos- y militares.

"No se encuentra en peores condiciones que otros gobiernos ecuatorianos. Tiene ventajas como

una base de apoyo muy importante, mayoría legislativa. No hay un malestar significativo en Fuerzas

Armadas ni grandes conflictos sociales", observó Bonilla.

En tanto le restan tres años de gobierno, Correa descarta por lo pronto una segunda

reelección. "Si me preguntan ahora, yo quisiera lo más rápido irme a descansar en mi casa. Algunas

vences me pintan como un hambriento de poder, pero qué equivocados y alejados de la realidad que

están", sostuvo.