Es el contexto económico relativamente promisorio lo que favorece la continuidad de este gobierno y son las cuestiones que rozan lo político las que más complican el panorama, no por la calidad de la oferta opositora, sino por los movimientos que atañen al propio gobierno, como ya hemos advertido en esta columna. La marcha atrás de la movida de la AFA bien se explica por la evaluación negativa que se hizo en la Casa Rosada, al advertir la bola de nieve que se estaba formando. Las idas y venidas con De la Sota ante los comicios de Córdoba terminan desgastando a Cristina. Y ahora, las acusaciones a Zaffaroni, de apañar prostíbulos en sus propiedades, se ubican como un nuevo dato a tener en cuenta en la escena electoral. Allegados al gobierno denuncian conspiraciones detrás del escándalo, al que ven como una operación más en su contra. Es que el reconocido jurista tiene sintonía ideológica con el kirchnerismo y es uno de los emblemas de la renovación del máximo tribunal de Justicia, que se produjo a instancias de Néstor para sepultar definitivamente los resabios del menemismo.
Pese a que el saludo de la Presidenta a Macri, triunfante y reelecto en la Ciudad de Buenos Aires, ha dado a pensar que viene una etapa de nuevos modales, en este proceso electoral no van a faltar peleas en el día a día, que continuarán fieles al estilo impuesto los últimos años.
Mientras, a los candidatos de esta provincia, con nada para hacer en ese ámbito, no les queda mucho más que ponerles velas a los santos para que la suerte caiga de su lado, lo que es decir, que todo salga bien a los respectivos candidatos a presidente, quienes van a determinar el resultado electoral, atendiendo que el corte de boleta no es una práctica habitual entre el electorado.