Imagina que sales de la piscina. Hace buen día pero ya está anocheciendo y la temperatura ha bajado un par de grados, corre una brisa fresca y al echarte la toalla sobre los hombros te das cuenta de que el vello de los brazos se te ha erizado. Lo mismo ocurrió en una fiesta hace unos días, cuando esa persona te cogió de la mano o cuando escuchaste en directo esa canción que te encanta. Es lo que comúnmente se conoce como "tener la piel de gallina". Una reacción corporal que se asocia al frío y a las emociones intensas y que aparentemente no tiene razón de ser.
La "piloerección" es una reacción vestigial que se asocia a segregación de adrenalina y a la regulación térmica del cuerpo.