Por Alicia ContursiAstróloga
La energía femenina fue relegada y despreciada durante siglos. Hasta se sostuvo que la mujer no tenía alma.
La energía femenina fue relegada y despreciada durante siglos. Hasta se sostuvo que la mujer no tenía alma.
Por Alicia ContursiAstróloga
El movimiento cultural denominado patriarcado que surgió 5000 años antes de Cristo, acabó con las culturas centradas en la mujer y la sometió de manera cruel y casi absoluta. Hoy en día todavía perdura de manera solapada y en algunos países del Cercano y Lejano Oriente. Aquella edad dorada- como la refirió Hesíodo, el pensador griego, llegó a olvidarse y a negarse que hubiera existido.
Como nacimos en ese predominio, muchas creencias y costumbres nos parecen naturales y casi irreemplazables.
En mediados del siglo XX se difundió que antes de Caldea y del siglo de Pericles en Grecia (hablamos de milenios antes de Cristo) hubo una era matricéntrica y matrilineal. No un matriarcado, tal como posteriormente se nos hizo creer. Es decir no era un sometimiento de la mujer sobre el varón. Era la preeminencia de los valores femeninos de la maternidad sobre los de la guerra. En Creta, por ejemplo (para citar algo muy cercano a la historia antigua conocida y estudiada en los colegios) no había fortificaciones, porque no se desarrollaban acciones bélicas. Llegaron los micenos, armados, y pudieron entrar y someter a hombre y mujeres sin mayor resistencia. Hoy hablamos de civilización “creto –micénica”. Observando jarrones y objetos de culto, vemos que los anteriores eran adornados con pájaros, delfines, hojas y flores. Luego con escenas de guerra y sometimiento.
No es cuestión de volver a lo pasado o de dar vuelta los roles de dominador- dominado.
Es cuestión de permitir y alentar el despliegue de los valores femeninos para compensar el despliegue exagerado de los masculinos, que nos han traído a este caos de violencia, guerra y autodestrucción. La energía femenina y las mujeres están tomando su lugar.