Orinar en la piscina es algo que la gran mayoría de nosotros habremos hecho al menos un par de veces. Sin embargo, a pesar de lo "práctico" de esta medida, subjetiva y objetivamente parece confirmarse como un acto de mal gusto. Y es que independientemente de la etiqueta o las normas sociales, exponer discretamente a un grupo de personas a tu orina es algo difícil de celebrar desde cualquier perspectiva. Pero si las razones de diplomacia o consideración básica no te convencen, tal vez un argumento científico termine por disuadirte de no volverlo a hacer.
Un estudio científico determina que el ácido úrico combinado con cloro libera gases tóxicos para nuestro organismo.