Aunque el número de hombres mayores y de mediana edad a los que se está prescribiendo la terapia de reemplazo de testosterona está aumentando rápidamente, existe un debate acerca de si la práctica está muy extendida. En las guías de práctica clínica sobre la terapia de testosterona, la Sociedad de Endocrinología recomienda tratar sólo a los hombres que tienen bajos niveles de testosterona de forma inequívoca y síntomas.
El examen clínico examinó los resultados de estudios sobre la enfermedad cardiovascular y la testosterona publicados entre 1970 y 2013. Aunque los estudios sugieren algún tipo de relación, la investigación existente ha encontrado poca evidencia de una relación entre bajos niveles de testosterona y la aterosclerosis y el endurecimiento y estrechamiento de las arterias que pueden causar ataques cardiacos y accidentes cerebrovasculares, además de no encontrar relación entre los niveles de testosterona y los ataques cardiacos.
Muchas de las investigaciones tenían diseños transversales que no proporcionan información acerca de la causalidad, pero la revisión también detectó 19 estudios observacionales prospectivos que pueden brindar información adicional acerca de si una condición es causa de otra. Debido a que éstos no excluyen completamente algunas posibles causas que preceden tanto a la testosterona baja como a la enfermedad cardiovascular, se necesita investigación adicional para confirmar la relación entre las dos condiciones, reconoce Ruige.
"Todavía sigue habiendo desigualdades en nuestra comprensión de la testosterona baja y la enfermedad cardiovascular", destacó este investigador. "En última instancia, el objetivo es evaluar con mayor precisión el impacto del tratamiento de sustitución de la testosterona sobre la salud del corazón de los hombres diagnosticados para el tratamiento", concluyó.