lugar Babel, creando uno de los símbolos más potentes de la historia de la humanidad. Hoy, con el advenimiento de internet y las redes sociales, parecería que los hombres hanretornado a una era anterior a la de Babel.
Reinado caliente En esta semana, la fiesta de la Vendimia fue puesta en jaque por la circulación de un videoen la red, titulado "hot" por la simplificación periodística y la pacatería general, en el que dosbellas damiselas, casi adolescentes, se besan ardorosamente en un juego erótico. Cuentan que es lapromoción habitual en ciertos boliches de una bebida energizante y, al parecer, la pasión lésbicaque allí se desarrolla forma parte más de un show actuado que de un real cruce sexual entremujeres. Igual, las fantasías estallaron. Lo central es que fue suficiente que una de las fogosas chicas fuera señalada como la reinaelegida de Las Heras para que el escándalo tomara por asalto a Mendoza. Aunque la joven insiste enafirmar que no es ella la de las imágenes calientes, pocos le creen. Pero ya todos han aceptado quese siga con el proceso vendimial, por la sencilla razón de que más allá de que a unos los espantela situación y a otros los subyugue, no hay nada en el reglamento de la fiesta del vino que impidaque una de las candidatas haya participado de videos ardientes antes de ponerse la corona. Consultada por UNO, la soberana Florencia Laguna Albertti sentenció, al tiempo que suintendente Rubén Miranda ponía las manos en el fuego por ella con su mejor cara de poker, que nuncahabía puesto en su currículum que fuera una vendedora de tortitas.
Tortitas egipcias Muy lejos de Mendoza y del chiste fácil que puede generar la mención de las redondas masas degrasa mendocina, en los países árabes se ha desatado una rebelión a cargo de los jóvenes contra elpoder político que también tiene como protagonista a internet. Los blogueros comenzaron acuestionar la situación en la que viven cientos de miles de jóvenes que pueden mirar a través de latelevisión y de Facebook cómo disfrutan de este valle de lágrimas en otros lugares del planeta,mientras ellos no la pasan nada bien. Deshaciendo la maldición babélica de Jehová, que dispersó a los hombres por la faz de laTierra hablando lenguas diversas para que no se pudieran entender, la irrupción de internet losvolvió a ubicar a todos en un espacio (virtual) común. El regreso a la era preBabel se ha producidoy el problema para los sistemas políticos es que si con la babelización se han elaborado diversossistemas de gobierno, que van desde los más autoritarios hasta los más democráticos, paraadministrar las relaciones entre los seres humanos, este nuevo tiempo parece no tener un sistema derelaciones que lo contenga. Porque los protagonistas saben que están enojados, saben que hay cosasque no les gustan, pero no saben muy bien qué quieren y, mucho menos, cómo se consigue. No hay unmodelo a imitar y mucho menos uno ansiado para alcanzar mediante la revolución. Los bloguerosegipcios sabían que querían echar a Mubarak y lo hicieron, pero de ningún modo tienen idea de quéquieren que venga. De hecho, celebraron que lo nuevo sea el ministro de Defensa del tiranodepuesto. ¿Cuánto durará la luna de miel con el ejército egipcio? Ya la Babel no se produce porquecada uno tenga una lengua, sino porque teniendo la misma lengua cada uno dice una cosa distinta quelos otros no aceptan ni entienden. En medio están los que en los odres viejos quieren poner estevino nuevo, desconocido y desconcertante, y ansían que en realidad se venga o una revoluciónislámica o una capitalista. Ni lo uno ni lo otro. Con el descontento de los muchachos egipcios dehoy, si mañana el remplazo de Mubarak es un ayatolah, la bronca les va a volver pasado mañana.Están hartos de que les vaya mal y ya no creen en ningún paraíso perdido, quieren disfrutar de loque les acercó la red aquí y ahora. Y mucho.
Sólo nativos en el futuro Vivimos un momento único de la humanidad porque en tiempo real la irrupción de internet hadejado a los habitantes del planeta divididos entre nativos de la red e inmigrantes, y entre estosúltimos hay algunos que pueden hablar el nuevo idioma, aunque sea con acento extranjero y otros quese han quedado afuera. En algunos años todos serán nativos, es decir, como son hoy los pibes quenacieron cuando ya había teléfonos celulares e internet y no imaginan que pudo haber un mundo dondeesos instrumentos, que hoy tienen a su alcance casi el cien por ciento de los mortales y quecambian de manera radical todo, no existían. La pregunta es cómo será el mundo donde vivan sólo personas como son hoy los nativos, esdecir que internet ya no sea un enigma a comprender. Los sistemas políticos que están jaqueados desde la red, desde el pobre Rubén Mirandadefendiendo a su reina porque sabe que es lindísima y puede ganar, hasta los momificados regímenesautoritarios del mundo árabe, deberán buscar las claves que nadie tiene por ahora para digerir estanovedad que ha llegado como una tromba, incomprensible con los viejos esquemas de pensamiento. Este jaleo explica la actitud de los chinos, por ejemplo, rara mezcla de pinochetismomaoísta, como lo ha definido un pensador local, que han entendido bien lo que sucede y por esotrabajan a diario para sacar a su población de la ignorancia y la pobreza a pasos agigantados,mientras retrasan artificialmente la llegada plena de internet. Mubarak seguía convencido de que sepuede tener una elite que la pase bomba mientras el resto mira con la ñata contra el vidrio. Losayatolah están más convencidos, parece, de que es mejor que todos tengan la ñata contra el vidrio.De bienestar y prosperidad, ni hablar.
La ilusión del cambio En este momento prebabélico parece que las únicas que miran y sufren lo que sucede son lasviejas y cansadas democracias burguesas que, al menos, han inventado métodos para la vida másplena, aunque es indudable que también las jaquean las redes sociales. Si no que le pregunten aJulian Assange, que es a los Estados Unidos lo que Salman Rushdie supo ser a Irán. Los chismes delos gobiernos son versos satánicos. Arriesguemos una hipótesis. En este mundo transparente, donde todo se ve y nada se comprende,pero en el que sí se desea vivir con más comodidad, los seres humanos se han volcado en bloque auna suerte de "que se vayan todos". El caso argentino mostró que para que haya alguien que se vayatiene que haber otro que ocupe su lugar y haga mejor las cosas que hacía el desplazado. Hastaahora, la utopía del grupo humano que se maneja solo, a control remoto, y le va bien es sólo lailusión de algunos lunáticos irresponsables. Por eso, lo único que parece contener la violencia y el descontento extremo es la alternanciaen el poder que da la democracia. No porque realmente haya cambios, sino por la ilusión momentáneadel remplazo, que sirve para distender. A los ansiosos de echar se les concede la expulsión de losocupantes del poder hasta la próxima disconformidad, que cada vez tarda menos en llegar. Los gordosrusos comunistas que tardaron 70 años en estallar por el aire y costaron, con una cúspide entiempos de Stalin, varios millones de muertos, en tiempos de internet y las redes sociales hubierandurado unos meses. Los blogueros hubieran sido más rápidos que la Perestroika. Las redes sociales ya están instaladas. Ni los intendentes, ni las bellas reinas de laVendimia, ni los gobernantes autoritarios, ni los que no los son saben qué hacer con sus efectos.Nadie lo sabe y eso es lo apasionante.