"¡Si, hay otras formas de vida en el espacio!". Así es como el comandante Scott Kelly presentaba, desde la Estación Espacial Internacional (ISS), a la primera flor cultivada en el espacio el pasado 16 de enero. Se trata de una zinnia de color naranja que ha crecido en el espacio como parte del proyecto Veggie, en el que se cultivaron varias plantas para ver cómo crecían en microgravedad.
La instalación para el cultivo de plantas se colocó en el laboratorio de la ISS a principios de mayo de 2014, y lo primero que se plantó fue una lechuga. El primer ciclo de crecimiento tuvo que hacer frente a algunos problemas.
"Perdimos dos plantas por sequía en el primer ciclo y por lo tanto estuvimos muy atentos con el segundo cultivo", afirma Trent Smith, director del proyecto Veggie de la NASA.
El siguiente cultivo de la misma lechuga lo inició el astronauta Scott Kelly a principios de julio, y gracias a las lecciones aprendidas en la anterior ocasión, ajustaron los riegos y finalmente la tripulación pudo degustar la lechuga.
El siguiente cultivo fue el de la flor zinnia, también a manos de Kelly. Este experimento comenzó el 16 de noviembre de 2015. No se eligió esta flor por su belleza, sino porque pueden ayudar a los científicos a entender cómo crece una flor en gravedad cero.
"La zinnia es muy distinta a la lechuga", afirma Trent Smith. "Es más sensible a los parámetros ambientales y a las características de la luz".
El ciclo de crecimiento es más largo, dura entre 60 y 80 días. Esto la convierte en una planta más complicada de cultivar, por lo que haberlo conseguido hace que sea un buen precursor del cultivo de tomates.
A finales de diciembre, Kelly notó que las plantas no tenían buen aspecto e informó al equipo de tierra. "nuestras plantas no tienen buen aspecto. Sería un problema en Marte. Voy a tener que hablar con mi interno Mark Watney", escribió en su cuenta de Twitter haciendo referencia al personaje de Matt Damon en la película Marte (The Martian).
Desde la NASA quieren que los astronautas se conviertan en agricultores autónomos con el fin de que sean capaces de cultivar su propia comida en un futuro viaje a Marte. Cuando una tripulación llegue a Marte, los científicos tienen que saber qué pasaría si los cultivos se secasen, se inundasen, desarrollasen moho u ocurriesen otros problemas.
"En futuras misiones, la importancia de las plantas aumentará dada la conexión limitada de la tripulación con la Tierra", afirma Alexandra Whitmire, científica adjunta de Salud y Desempeño de Comportamiento en el Programa de Investigación Humana de la NASA. "los estudios hechos en otros ambientes aislados, como la Antártida, demuestran la importancia de las plantas cuando los miembros están confinados".
Por el momento, el equipo del proyecto Veggie creó la "Guía de cuidados de la zinnia para el jardinero en órbita", y da directrices básicas para el cuidado de la planta en una sola página para ayudar a Scott Kelly como jardinero autónomo.
Fuente: ElMundo.es