Termina el changüí que dan los meses veraniegos y, junto con la Vendimia, llega el momento de ponerse los pantalones largos. El año electoral pinta bravo y, por ahora, todo es confusión. Todo es lucha desmañada, sin cuartel, en el seno de las tres principales fuerzas. Ni siquiera los gansos, en el disminuido Partido Demócrata, evitan andar sacándose los ojos ante el público que bosteza por flaco espectáculo.
El mayor intríngulis se le presenta, sin embargo, al elenco gobernante. Quien está en el poder siempre tiene la obligación primera de conservarlo. Por si esto fuera poco, el gobernador Celso Jaque y los suyos afrontan otra obligación no menor: contribuir a la victoria de la presidenta Cristina Fernández para, de ese modo, asegurar la anhelada re-reelección kirchnerista, un milagro que no logró nadie en estos pagos. ¿Cuánto importa Jaque? Para evaluar lo que viene, vale la siguiente pregunta: ¿quién importa más, Cristina o Celso? ¿Cuál es la prioridad? Por ahora, no hay duda alguna. La suerte de la Presidenta está por encima de todos los demás. Cualquier otro en el peronismo oficialista, si es necesario, será sacrificado en aras de la eternización kirchnerista. Ya lo está padeciendo, como un martirologio, un gobernador tan poderoso como el bonaerense Daniel Scioli, quien deberá tragarse el sapo de las colectoras, como lo demuestra la candidatura paralela de Martín Sabbatella en su provincia. A los incombustibles barones del conurbano les está acaeciendo algo similar. ¿La manducación de indigestos escuerzos se repetirá también en Mendoza? Sapos de todos los colores La magnitud y la sazón del banquete de anfibios depende de quién lo cuente. Fuentes capitalinas, afines a la Rosada, dicen una cosa. Fuentes locales, una muy distinta. Las de allá no son benignas con Jaque. Las de acá no paran de alabar y potenciar al gobernador. Han sido notables, por ejemplo, los embates porteños de última hora contra el mandatario mendocino. El diario Página/12, una especie de boletín oficial, amparándose en revelaciones de Wikileaks, volvió a fustigar a Jaque por decisiones relacionadas con su primer ministro de Seguridad, Juan Carlos Aguinaga. Página/12 es orientado por Horacio Verbitsky, uno de los escribas del régimen. Detrás, inmediatamente, entró en acción otro favorito del trono, el encuestador Artemio López, quien, repitiendo ataques anteriores, señaló en su blog rambletamble que Jaque debería ser apartado de las listas de candidatos si el PJ mendocino quiere ser competitivo. Jaque y su secretario de la Gobernación, Alejandro Cazabán, respondieron con dureza a López.La contrarréplica de éste no se hizo esperar: publicó una irónica encuesta en la que el 50% de los mendocinos chifla a Cazabán y el otro 50% lo aplaude. Aclarando, a continuación: “La mitad que chifla, efectivamente lo repudia; ahora bien, la mitad que aplaude, ¡aplaude a los que chiflan!”. Fayad, ¿un Sabbatella local? El rol de la intelligentzia K, a la cual pertenecen Verbitsky y López privilegiadamente, es hoy un dato fuerte de la política nacional. En estos días se conoció que unos 300 representantes de la cultura y del espectáculo publicarán una solicitada en apoyo a la reelección de Cristina y a la candidatura de Sabbatella, que, como dijimos, va en claro detrimento de Scioli. El grupo de intelectuales reúne a figuras que van de José Pablo Feinmann a Florencia Peña, de Horacio González a Federico Luppi, de Rodolfo Livingston a Cecilia Roth, de Luis Farinello a Daniel Tognetti. Ninguno es muy afecto al peronismo tradicional. ¿En qué están pensando los transversales mendocinos como el Pampa Alvaro o Barrios de Pie? Ellos también están armando su oferta no peronista. Uno de los nombres que más suena entre ellos es el del intendente capitalino, Víctor Fayad. Fayad es un radical heterodoxo, indomable y rebelde. Pero, por ahora, cuesta imaginarlo como postulante cristinista. Sobre todo después de sus volcánicos reproches a Julio Cobos por haberse entregado a Kirchner. El búnker jaquista, tranquilo En el entorno más cercano del gobernador aseguran que la Presidenta está cariñosa con Jaque como nunca y que le ha dicho que el peronismo mendocino, según sus números, está en condiciones de ganar. El anuncio de que Cristina Fernández visitará la provincia para los festejos vendimiales pareciera ratificar esa presunción. Entonces, ¿cómo se entienden los espolonazos de Página/12 y de Artemio López? Los atribuyen a operaciones encubiertas del multioperador Juan Carlos Mazzón. “Como al Chueco ya no lo necesitamos para hablar con la Presidencia ni para armar nuestra oferta electoral en la provincia, hace este tipo de maniobras. Es su manera de mostrarse influyente”, señalan los halcones del gobernador. Para ellos, Jaque está muy fuerte y será el gran elector en materia de candidaturas. Crecer de golpe Esta muestra de independencia puede ser fundamental a la hora de definir el calendario electoral. El candidato de Jaque necesita, imperiosamente, llevar a Cristina en la cima de la boleta. Por ende, se resistirá, aquí, a cualquier intentona por desdoblar los comicios. A la vez, si la Presidenta es determinante, ¿quién la representa mejor? Una medición de Santiago Alé ofrece dos datos reveladores. Ante la pregunta: “Para usted, ¿puede el resultado final consagrar en Mendoza a un presidente de un partido político y a un gobernador de otro?”, 43,84% contesta “muy probablemente” y otro 35,09% dice “probablemente”. O sea, que hay una tendencia, en teoría al menos, en favor de un rotundo corte de boletas. Luego, ante la consulta: “Para usted, en Mendoza, ¿quién está más cercano al kirchnerismo?”, un abrumador 82,88% admite no saber. El ministro de Gobierno, Mario Adaro, y el intendente de Guaymallén apenas cosechan 9,11% y 6,52% de menciones, respectivamente. Por otra parte, la consultora de Quique Bollati salió a preguntar, entre otras cosas, por la imagen de los potenciales candidatos. El caballo del comisario, Cazabán, reúne el peor número del lote con 3,67 puntos positivos (en escala de 0 a 10). Por encima de él, dentro del peronismo, hay tres miembros del gabinete, Raúl Mercau (4,82), Carlos Ciurca (4,93) y Guillermo Carmona (5,17), el diputado nacional Omar Félix (5,06) y dos intendentes, el guaymallino Alejandro Abraham (5,12) y el lasherino Rubén Miranda (5,13). El mejor considerado es el senador Adolfo Bermejo (5,81), quien, confirmando que es el Reutemann mendocino, abdicó de su candidatura a gobernador. Un verdadero laberinto para Celso Jaque, el dueño de la pelota. Pero no debiera perder el sueño por estos números ni los de Artemio ni los de Alé o Bollati. Como decía Mark Twain, “hay tres clases de mentiras: la mentira, la maldita mentira y las estadísticas”.