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Tras el cachetazo de la promoción industrial, el gobernador puede liderar a una Mendoza unida. Pero deberá liberarse del hechizo del Hada Madrina.

Jaque, ante la chance de su vida

Por UNO

Inesperadamente, Celso Jaque se encontró con la oportunidad de su vida. Lo que cayó, en unprincipio, como otro balde de agua fría sobre su impopular gobierno ahora, bien visto, puede

otorgarle el rol de liderazgo social que viene persiguiendo con vano esfuerzo hace dos años.

La noticia de que su bienamada Cristina Fernández de Kirchner le prorrogaba, decreto

mediante, por 15 años, los beneficios de la promoción industrial a La Rioja, con la amenaza cierta

de extenderla a San Juan, San Luis y Catamarca, fue un golpe infausto para alguien como Jaque, que

ha hecho de la obediencia K un credo fundamentalista.

Jaque ha sido, desde que es gobernador, un talibán del kirchnerismo. Un custodio de la fe. Un

jefecito de la Sagrada Congregación del Santo Oficio.

Y el pingüinismo, ahora, en pago de esa fidelidad, le clavó uno de sus puñales más

envenenados por la espalda.

Porque si hay algo que duele, en términos políticos, institucionales y económicos, en

Mendoza, es la humillación de sentirse una isla desértica rodeada por un mar de subsidios.

Rodeada, encima, ahora, por tiburones de la talla de los Rodríguez Saá en San Luis y de José

Luis Gioja en San Juan.

La revelación, de tintes catastróficos, tuvo, sin embargo, un vuelco positivo para el

gobernador. Jaque respondió con vivacidad, elevando fuerte su voz de protesta. Y comenzó a

aglutinar las fuerzas provinciales para la resistencia.

De repente se encontró al frente de la pueblada.

Por primera vez en su carrera política quedaba en posición de comandar una fuerza federal,

una montonera, para reivindicar en los hechos concretos, y no sólo en los discursos vacuos, los

intereses mendocinos, el orgullo provincial.

¿Fue un ataque de fiebre esto que vimos en las últimas horas, un lapsus pasajero?

¿O hay, ahora sí, un nuevo Jaque? ¿Un Jaque que ayude a recuperar la perdida dignidad

provincial?

Una serie de errores crónicos

Hoy, quizá Jaque se convierta en el cabecilla de un movimiento inédito de unidad de las

fuerzas provinciales.

Quizá. Está por verse.

Mientras tanto, es útil reflexionar por qué llegamos a este punto. Por qué, después de tanta

buena letra para con el Ejecutivo Nacional, hay que defenderse hoy de un castigo bochornoso y que

la misma Justicia ha reconocido como tal.

No fue hace tanto tiempo (apenas dos Vendimias atrás) que Jaque, en el almuerzo de los

bodegueros, uncido de emoción, designó a la presidenta Cristina como nuestra "hada madrina".

Y en la última edición de ese festejo aprovechó la misma tribuna para defender la política

nacional en materia de distribución de recursos a las provincias, esbozando un enrevesado y fallido

argumento que lo dispensara de pelear por recuperar la porción del Impuesto al cheque que debería

corresponderle a Mendoza.

Dicho fervor, con ser tanto, no se constriñe sólo a su etapa de gobernador. Jaque, antes,

tuvo participación en la escena nacional como senador.

Y alguien que milita en ese ámbito todavía como adalid de la oposición y que es el actual

presidente de la UCR, Ernesto Sanz, viene de clavar su púa. Recordó que tanto Jaque como Marita

Perceval, cuando eran senadores nacionales, y los diputados oficialistas de entonces (Patricia

Fadel, Alfredo Fernández, Susana Genem y hasta el ahora peronista disidente adscripto al cobismo

Enrique Thomas) votaron, en diciembre del 2006, a favor de una ley que le delegó facultades

extraordinarias al Poder Ejecutivo Nacional. Se refiere a la ley N°26.077, justamente –dice–, "una

de las normas citadas en el nuevo decreto de Cristina que mantiene a toda la sociedad mendocina en

alerta roja".

Peor aún es recordar que el vicegobernador Cristian Racconto, en octubre pasado, cuando asomó

esta amenaza promocional en el Presupuesto, removió cielo y tierra, acudió al Ejecutivo provincial,

a la Legislatura y a los representantes mendocinos en el Congreso para que actuaran en

consecuencia.

Nadie le prestó atención. Todos, incluyendo la sociedad civil, ignoraron el alerta de

Racconto. Y todos, hoy, lloran sobre la leche derramada.

¿Y ahora qué?

La convocatoria que hizo Jaque ayer, en la Casa de Gobierno, tuvo un punto muy bueno: la

asistencia casi perfecta de las entidades que nuclean a los productores, junto con las fuerzas

sindicales.

Hubo debate y acuerdo sobre una acción concreta: se presentará mañana un recurso de amparo

ante la Corte que frene el decreto promocional.

Es útil en primera instancia. Servirá para ganar tiempo. Pero no resuelve el asunto de fondo.

¿Cómo seguirá la cosa?

Hay quienes piensan que la vía judicial es la mejor. "A Mendoza siempre le fue bien en la

Justicia –explica el ministro de Gobierno, Mario Adaro–. Recordemos los juicios que se ganaron por

regalías mal liquidadas y por los perjuicios de la promoción industrial".

Esta estrategia elude el principal desafío, que es político. ¿Se atreverá Jaque a pararse,

firme, ante el gobierno de Cristina? ¿Se atreverá a sostener en público un debate encendido con un

gobernador de tanto peso como el sanjuanino Gioja?

Los laderos del gobernador dicen que sí. Juran que sí.

Aseguran que es el momento esperado por Jaque para sacarse de encima el sambenito de "

chupamedias namber guan del Gobierno nacional".

Por otra parte, blanqueado el reclamo, ¿qué se pedirá?

Las opciones son muchas, entre ellas, que se incluya a Mendoza en la promoción, que se

promocionen sólo algunas ramas productivas, que se eliminen totalmente esos regímenes, etcétera.

La batalla será dificilísima en el orden nacional, casi imposible, a menos que se consigan

aliados poderosos entre otras provincias.

Pero, recordando otros groseros errores del pasado, valga la advertencia: hay que desechar

los espejitos de colores y los engañapichangas, como el que compró Julio Cobos (otro olfa, en su

momento, del kirchnerismo presidencial), quien, siendo gobernador, cambió los mil millones de

dólares que la Provincia había ganado legítimamente en su juicio de las regalías, por la promesa de

Portezuelo del Viento.

Hoy, la Provincia, por este camino, se quedó sin chicha ni limonada. Aunque queda abierta aún

la posibilidad de reavivar las brasas de aquel juicio.

Insistimos: ¿se atreverá Jaque a escenificar, cuando menos, una pizca de rebeldía ante el

Gobierno de la Nación? ¿O seguirá sin ver que el Hada Madrina se convirtió en la Cruella de Vil de

esta historia de narices y bolsillos fríos?

Una primera espada cobista, consciente de los pecados cometidos, Alfredo Cornejo, decía ayer,

en sus propuestas para enfrentar este delicado intríngulis promocional: "El que tiene la lapicera

de la Provincia es el gobernador Celso Jaque, y si se pone al frente de este tema, toda Mendoza lo

va a acompañar".

Nada más cierto.

Tiene la oportunidad de su vida.

Siempre y cuando no siga creyendo en cuentos de hadas.