Es el segundo objeto similar descubierto en una región del espacio más allá de Plutón, considerada desde hace tiempo como un páramo celestial. Hasta ahora, el único residente conocido en esta parte del Sistema Solar era un planeta enano divisado en 2003 al que se le dio el nombre de Sedna por la diosa mitológica creadora de las criaturas marinas del Ártico.
El nuevo descubrimiento demuestra que “Sedna no es una excepción. Confiamos en que existe toda una nueva población para explorar”, dijo el investigador David Rabinowitz, de la Universidad de Yale, en un correo electrónico. Rabinowitz no participó en el descubrimiento que anuncia la edición de hoy de la revista Nature.