El texto premiado habla de la muerte y de malas vibraciones, y está rodeado de apelaciones a lo maldito desde el principio. Lo protagonizan dos gemelos, llamados Kensuke y Namie, que nacen ya con patentes diferencias. La narración, escrita en un estilo correcto y funcional, cuenta cómo la madre de los dos niños muere en el parto, justo cuando Namie comienza a respirar. La abuela materna considera, según el cuento, que la chica ha llevado al mundo un espíritu maligno.
El texto prosigue con la vida de Namie, introvertida y reservada, aislada del mundo en su habitación. La familia se encuentra con un perro degollado frente a la habitación de Kensuke. Después se suceden otros animales (un pájaro y un gato). La narración, que parece heredera de un cuento de Lovecraft, prosigue hasta el terreno de lo fantástico. El padre de los gemelos empieza a sospechar que su hija, aislada, se ha vuelto loca y que podría ser la autora de las muertes de los animales. Finalmente, hace acto de aparición el espíritu, llamado Ak’ki.
Juanatey, de 32 años y natural de Noia (Galicia) había fijado su residencia en Menorca. Según las acusaciones, en el año 2008 mató al niño y durante dos años hizo creer a la gente de su entorno que estaba vivo. Mintió a su familia diciendo que su hijo estaba bien y incluso chateó por Internet haciéndose pasar por su vástago. Con el descubrimiento de la maleta, toda la ficción acabó. Pero ella se encargó de escribir nuevos cuentos de terror, ahora ya con palabras.
Articulo originalmente publicado en abc.es