planeta es sponsor histórico. La idea es novedosa: los creativos de la agencia publicitaria Santorepararon en un pequeño país africano llamado Lesotho para promover las virtudes futboleras yemocionales de la Argentina entre sus dos millones de habitantes. La pieza fílmica está desde hace algunos días en YouTube, el sitio de internet por excelenciaal que cualquier ciudadano del mundo puede subir sus videos para buscar un par de minutos de famapersonal. Hasta allí todo bien. Las primeras imágenes de Lesotho muestran un clásico país africano,que no clasificó para el Mundial y al que los argentinos irán a colonizar futbolísticamente. Porallí aparece uno de nuestros hinchas repartiendo camisetas de la Selección; enseñando los cantitosde la tribuna con una moderna pantalla de karaoke y adiestrando a los lesothenses en el arte deasar y de preparar choripanes. La escena es realmente divertida y logra conmovernos a fuerza de esa argentinidad que solemosexportar cuando viajamos al exterior, y mucho más cuando tenemos puesta una camiseta celeste yblanca. Un africano muestra las fotos maradonianas de "Dalma y Gianina" (las hijas de Diego) en subilletera; otro hace el "inflador" con el que el "Piojo" Claudio López festejaba sus goles y todosterminan sacando sus cuerpos fuera del micro cuando van hacia el estadio mundialista para gritarcomo flamantes y desaforados barrabravas en el final del spot. Imposible no sentirse identificado. Claro que la magia que el aviso logra en televisión pierde un poco el efecto emocional cuandoel universo es internet. La enorme oferta de videos que posee YouTube deja enseguida al descubiertalas otras piezas que la División Sur de América Latina de Coca Cola preparó para nuestros paísesvecinos. Con un sólo click se puede observar exactamente el mismo spot hecho para Uruguay, Paraguay yChile. El inflador del "Piojo" López es reemplazado por el festejo del "Matador" Marcelo Salas enla versión chilena; el choripán se transforma en el chipá paraguayo y la pintada "Halala Argentina"pasa a ser "Halala la Celeste" cuando el hincha colonizador es uruguayo. El sentimental fanáticodel fútbol se siente golpeado por el mismo guión, los cantitos tan similares y hasta los mismosactores. Y así lo reflejan muchos de los que dejan sus comentarios desilusionados en las páginasdonde se anticiparon los spots sudamericanos. "Quisimos transmitir esta pasión y la felicidad que genera alentar a un equipo y compartir esta emoción con otras personas", cuenta en el texto promocional de la campaña el director regionalde Coca-Cola, Esteban Socorro. "Es una gran oportunidad para contagiarles nuestro amor por lacamiseta", completa el director creativo de la campaña, Sebastián Wilheim. Habría que hacer como Woody Allen en Annie Hall y preguntarle a Marshall Mac Luhan si pensóalguna vez que la explosión de la comunicación global que anticipó como nadie podría herir lossentimientos ancestrales que despierta el fútbol y generan millones de dólares en la industria delentretenimiento. Para los argentinos que depositan sus sueños mundialistas en los hombros de Maradona, Messi,Verón y compañía el consejo es que disfruten el spot criollo de Coca-Cola y no cliqueen lasversiones de los países hermanos que flotan en el mar de internet. Haber exportado el carnavalfutbolero de las tribunas más allá de nuestras fronteras se nos vuelve en contra y alcanza paraprovocarnos el dolor de una puñalada en el corazón del invencible ego argentino.