Por Marcela [email protected]
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El ya clásico filme Cinema Paradiso cumple 25 años de su estreno y por eso hay que celebrar la iniciativa –no demasiado promocionada– de volver a proyectarla con copias restauradas.
Esta película del italiano Giuseppe Tornatore, con música del gigante Ennio Morricone, fue ganadora de un Oscar, un Globo de Oro, los premios Bafta y del Festival de Cannes. Cuenta la historia de Salvatore, un exitoso director de cine que asiste al funeral de Alfredo, el proyectorista de cine de su pueblo natal. Se ha visto infinidad de veces por el cable, pero nada supera la experiencia de ver este homenaje al cine en el cine.
Estoy segura de que todos tenemos al menos una anécdota vinculada a esa gran pantalla, observada por miles de ojos, capaz de contener miles de historias.
La primera película que vi en mi vida fue Bambi, el clásico de Disney. Fue una experiencia emocionante y lacrimógena. Lloré al principio con vergüenza, quizá porque la lágrima pública me era desconocida, pero mi desconcierto se vio mitigado por las lágrimas de mis pequeños compañeros de sala. Sin saberlo, estaba asistiendo a una experiencia fundacional: compartir la emoción, en este caso, con desconocidos.
Ni qué hablar cuando los viernes, mi mamá me esperaba, hermosa, a la salida de la escuela. Era día de cine y caminábamos despacito hasta Lavalle, “la calle de los cines” . No había que volver rápido a casa, y después de las dos películas (porque siempre eran dos) terminábamos comiendo en la pizzería más famosa de la misma calle.
Una película inolvidable aquella de cine y pizza de viernes.
La pantalla amplificadaEn el cine vi parejas más interesadas en ampararse en la oscuridad que en el universo cinematográfico, vi cómo se espantaban cuando, de repente, la luz de un mediodía rabioso en la película proyectaba tanta luz en la sala que quedaban expuestos, y se acomodaban nerviosos, como vampiros al sol. Género romántico.
Un desconocido me atacó una vez en el cine. Los diálogos que tuve con los policías parecían copiados de una comedia italiana. Genéro policial con toques tragicómicos.
Vi padres emocionados cargando niños, mamaderas, pochoclo, cochecito sólo con dos manos, pero con vocación de pulpos. Todo para que su hijo viera “la de dibujitos”. Género infantil.
Están los que se desesperan al ver en la pantalla una casa rodeada. En el interior, un primer plano muestra el rostro ensangrentado del protagonista. Luego el plano se amplía y se ve claramente el revólver. Le queda una sola bala. Afuera, los que lo rodean se anticipan triunfadores, las miradas que se cruzan lo revelan. Se acercan a la puerta y, justo allí, empieza a llorar un bebé. Entonces el padre que está más cerca del pasillo (la ubicación se elige estratégicamente) sale corriendo. Género de suspenso y acción.
Miles de anécdotas para honrar al cine y sus emociones prestadas. Como lo contó y lo sigue contando Cinema Paradiso .